23 oct 2014
20 oct 2014
SORTEO DE UN EJEMPLAR DE "¿A QUÉ LLAMAS TÚ AMOR?"
¿Quieres ganar un ejemplar de la novela?
Laky, administradora del blog "Libros que hay que leer" ha tenido la gentileza de organizar el sorteo de un ejemplar de la novela, en el que podrás participar hasta el 7 de noviembre.
Pincha aquí para ver las bases y dejar tu comentario de participación si te apetece.
El ejemplar irá firmado y dedicado personalmente.
¡¡Suerte!!
6 oct 2014
RELATO: "ELLA ME ESPERA."
Ella me espera. Se ha sentado al borde de la cama, bebiendo a través
de su piel la claridad de la luna, que reviste sus piernas, su vientre, sus
senos de un matiz perlado que resalta sus curvas y perfila sus volúmenes
apetecibles. Sabe que me encuentro agazapado, observándola a través de la rendija
del baño sin atreverme a salir. Entreabre sus piernas, dejando que los hilos
que bordean el mantón que cubre su desnudez se confundan con su vello insinuando sus labios, sus oquedades húmedas por las que quiero
colarme. Mi sexo se enerva y se engrandece guiado por un instinto que se ha
mantenido intacto a pesar de todo. Y la piel de mis manos, de las yemas de mis
dedos muere por tocarla, por recorrer sus perfiles y apreciar la textura de
un cuerpo que no recuerdo, de unos pechos firmes que me subyugan, que deseo
apresar para notarlos palpitar como lo hace mi corazón en estos momentos.
Observo su boca. No sé cómo saben sus labios. Quiero morderlos como a una fruta prohibida, saborearlos con la punta de mi lengua anticipando un cosquilleo que me excita y me estremece. Ella lo sabe, que debe reconquistarme, seducirme, hacerme suyo fundiéndonos en un abrazo piel con piel, mientras me acoge entre sus piernas para hacer que invada su rincón ardiente donde tantas veces vibré al compás de la pasión, sin que yo ahora consiga evocarlo. Dicen que es mi mujer. Los recuerdos aniquilados por aquel golpe no me permiten saber si es verdad. Pero hay algo en sus pupilas al mirarme que me hace sentir en casa cuando la toco, cuando la beso con sutileza sin atreverme a más.
Hoy será el día. Hoy será el día en que la posea de nuevo hasta el amanecer. Hasta que la luna nos despida ahogados en el placer. Entre roces y gemidos. Entre sonrisas y llantos emocionados por haber recuperado lo que un día perdimos y el corazón nos devuelve con un guiño esquivo que reta a la mente.
Observo su boca. No sé cómo saben sus labios. Quiero morderlos como a una fruta prohibida, saborearlos con la punta de mi lengua anticipando un cosquilleo que me excita y me estremece. Ella lo sabe, que debe reconquistarme, seducirme, hacerme suyo fundiéndonos en un abrazo piel con piel, mientras me acoge entre sus piernas para hacer que invada su rincón ardiente donde tantas veces vibré al compás de la pasión, sin que yo ahora consiga evocarlo. Dicen que es mi mujer. Los recuerdos aniquilados por aquel golpe no me permiten saber si es verdad. Pero hay algo en sus pupilas al mirarme que me hace sentir en casa cuando la toco, cuando la beso con sutileza sin atreverme a más.
Hoy será el día. Hoy será el día en que la posea de nuevo hasta el amanecer. Hasta que la luna nos despida ahogados en el placer. Entre roces y gemidos. Entre sonrisas y llantos emocionados por haber recuperado lo que un día perdimos y el corazón nos devuelve con un guiño esquivo que reta a la mente.
Hoy será el día en que me funda con ella sin temor
a equivocarme.
© Pilar Muñoz Álamo - 2014
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