Son tantas las ocasiones en las que los dictados de la razón contradicen lo
que el corazón siente… Tantas las veces en las que ese órgano que nuestro pecho
alberga emplea su fuerza y su capacidad de convencimiento para poner una venda
en los ojos que anule nuestros sentidos y, por extensión, lo que nuestra mente
debería interpretar con raciocinio a partir de ellos…
Son muchos los entresijos por los que el amor puede caminar y en los que
podemos sumergirnos a lo largo de nuestra vida de forma ciega, haciéndolos
inexpugnables no sólo para nosotros mismos, sino también para quienes tenemos alrededor,
que pueden ser testigos directos de la trayectoria errónea que estamos trazando
de la mano de Cupido en nuestra vida sin que les permitamos inmiscuirse en ella
para darnos su opinión, su consejo cierto, o tal vez esa advertencia crucial
que evite que nos perdamos a nosotros mismos en el seno de una relación dañina
que puede terminar de cualquier forma; en el mejor de los casos, convirtiéndonos
en perfectos desconfiados de lo que cualquier otra relación amorosa nos podría
deparar, haciéndonos así correr el riesgo de perder la posibilidad de disfrutar
del inmenso placer de compartir nuestra vida con la persona adecuada por culpa
de un previo descalabro sentimental.
¿Analizamos a fondo las situaciones ante las que nos encontramos, o nos
dejamos llevar? ¿Confiamos aun a riesgo de equivocarnos, o tememos tanto al daño
que nos pueda sobrevenir que levantamos un muro de aislamiento que también deja
fuera las alegrías y los ratos memorables de que podríamos disfrutar? ¿Es conveniente forzar
nuestra relación sentimental para que funcione, o una relación que necesite ser
forzada, y que no surja de manera espontánea, sencilla y natural, no merece la
pena vivirla porque no es la apropiada para nosotros?
Todas estas reflexiones, todas estas elucubraciones quedan en la mente
cuando cierras el Kindle tras leer la novela de Mayte Esteban, Detrás del
Cristal. Una historia en la que los personajes cobran vida, con mucha credibilidad,
prácticamente desde la primera página –Ana, Andrés, Raquel o mi querido Pablo…-,
y cuya fuerza radica, más que en los hechos que en sí acontecen a lo largo de
la novela, en las relaciones que se producen entre sus personajes como
consecuencia de tales hechos y en lo que puede extraerse de ellas; ahí es dónde
podemos encontrar la verdadera esencia de lo que se quiere transmitir.
Un lenguaje muy sencillo, cuidado, cercano y ágil, una narración en la que
predominan unos diálogos bien construidos sobre las descripciones o las
intervenciones de ese narrador onminiscente que todo lo ve y todo lo sabe, y
que hasta se permite el lujo de verter sus propias convicciones morales acerca
de lo acontece, y el romanticismo puro que destila la historia de principio a
fin hacen que sea una lectura muy amena, rápida y entrañable, en la que no habría
estado de más conocer algo más a fondo la historia de Raquel. A mí me habría
gustado.
Te deseo mucho éxito, Mayte.
Yo también se lo deseo, sólo he leído uno de sus trabajos y me cautivó, y espero leer éste. Un besazo Pilar.
ResponderEliminarYo leí La arena del reloj y me gustó porque me sentí muy identificada con muchos detalles de los que allí se contaban, representados en la figura de mis padres, de mis abuelos y en parte de mi vida. En este libro se cambia de registro, de temática, de mensaje, aunque el amor sigue siendo un elemento muy importante en ambas novelas, si bien con matices diferentes.
EliminarYa nos contarás si te decides a leerla.
Un beso!
Así da gusto despertarse un domingo, con la sensación de que te han entendido, de que la historia que aparentemente es bastante disparatada, deja latentes en tu mente otras historias, otros pensamientos.
ResponderEliminarLas aventuras literarias se empiezan con dos ingredientes: ilusión y miedo. Ilusión porque es algo que te apetece muchísimo, quieres probarte, saber si eres capaz de contar una historia comprensible pero siempre se queda ese miedo, es pequeña sensación de angustia que provoca el no estar del todo seguro de conseguirlo.
Me he visto a mí misma conteniendo el aliento, mientras leía, para acabar con una sonrisa.
Muchas gracias por tus palabras de vuelta. Tú, mejor que nadie, sabes lo que alimentan.
Besos
Sí que lo sé, sé lo que reconforta una crítica favorable, y me alegra por ello que te haya gustado.
EliminarLlevas toda la razón cuando dices que después de la ilusión siempre queda el miedo a que te entiendan, y yo creo que es porque no nos conformamos con expresar los mensajes de forma explícita en lo que escribimos, queremos que se extraigan de lo que acontece, de la forma de ser de los personajes, de sus diálogos, de su forma de pensar. Eso es lo bonito, pero a la vez, lo peligroso, porque ahí entran en juego dos factores de deben combinar bien: nuestra capacidad de transmitir y la capacidad de quien lee para entender lo que subyace a la historia que nosotros hemos contado. Y si uno de los dos falla, todo se desmorona.
Yo sigo conteniendo el aliento en cada crítica y en cada reseña. Pero eso es bueno, nos prepara para que no nos pille por sorpresa lo que nos pueda venir.
Un beso!
Unos personajes que te cautivan. Una novela de amor, amistad y de superación que te hacen pensar en sí de verdad actuamos correctamente o nos dejamos llevar por las personas y las situaciones que vivimos. Yo también le deseo mucho éxito a Mayte.
ResponderEliminarBesitos
Los personajes son sin duda un punto fuerte de la novela. Sin ellos, y sin lo que son capaces de transmitir, la historia y su mensaje no serían los mismos.
EliminarEspero leer tu reseña y presupongo que Mayte aún más :) A ver qué nos cuentas.
Un besito!