SINOPSIS:
Barcelona, otoño de 1943. Cuando Rosa Sarlé llega a la casa de sus
padres poco puede imaginar que se encontraría con Frank Bennet-Jones,
rico estanciero inglés afincado en la Patagonia argentina. El viudo de
su hermana Anna. Tras ese encuentro, Rosa relee las cartas en las que
Anna le relataba su apasionada historia de amor con Frank.
A
Frank el reencuentro con Rosa lo altera a su pesar. Sin embargo, un
hecho inesperado le lleva a casarse con ella y a llevársela a Argentina,
aun a riesgo de que Rosa descubra el secreto sobre la muerte de Anna.
En
El Calafate, Rosa conoce a Armando Guzmán de Guevara. Entre los dos
nace una fuerte atracción y él le revelará el secreto que esconden las
cartas de su hermana.
Rosa se verá atrapada en medio de la
rivalidad de los dos hombres. Tendrá la oportunidad de vivir la aventura
que siempre deseó, conocerá la pasión… pero tendrá que elegir entre
Frank y Armando.
El género romántico. Ese vástago de la literatura tan ampliamente criticado por muchos de quienes dicen leer solo "buenas" novelas, tan degradado a veces por su aparente falta de calidad literaria que arrastra con ello a quienes lo leen, tachándolos de forma generalizada de poco exigentes, de superficiales, de idealistas o de alimentarse de sueños utópicos hasta límites insospechados, resultando paradójico que, a pesar de tales afrentas, sea un género en auge, que goza de una salud excelente y que, a nivel comercial, alcanza cotas de ventas muy superiores a la de otros géneros de mayor -aparentemente- "relevancia literaria". Una vez más, ¡qué injustas son las etiquetas cuando generalizan!
Cada vez parecen ser menos las novelas de "raza pura", las que se ajustan al estereotipo o a los cánones de un único género literario sin caer en las mezclas. Yo estoy de suerte, porque a mí personalmente las mezclas me encantan, no solo por la originalidad que pueden aportar a la obra, sino porque creo que es una buena forma de enriquecerla si se acierta al trazar su estructura y su argumento de forma interesante y atrayente, si se sabe intercalar con acierto unos y otros elementos. Y eso es lo que hace Mayelen Fouler en En tierra de fuego.
No me atrae la romántica rosa, lo reconozco, me superan las historias con personajes planos, relaciones idílicas e idealizadas que rayan lo irreal y que, normalmente, suelen evolucionar de forma similar, con algunas variantes en la forma, pero pocas en el fondo; historias centradas casi de manera exclusiva en el amor, normalmente pasional, entre los protagonistas como si no existiera en sus vidas nada más, y en muchos casos incluso con carencia de una ambientación espacio-temporal adecuadas. Tal vez por ello me ha sorprendido muy gratamente encontrar una novela de corte romántico con bastante más pretensiones que estas que acabo de mencionar.
En tierra de fuego me ha gustado. Mayelen Fouler ambienta la novela en la España y en la Argentina de los años cuarenta, en plena Segunda Guerra Mundial. Pero no se limita a mencionarla, crea de fondo una interesante trama política y de espionaje que da soporte a la historia y que demuestra la gran labor de documentación que su autora ha debido llevar a cabo para poder desarrollarla con solvencia, enriqueciendo sin lugar a dudas la historia. Es más, me atrevería a decir que el despliegue de datos y la documentación manejada perfectamente podría haberle servido para construir, profundizando poco más, una trama de intriga que podría haberse convertido en una novela histórica, porque si bien desde la mitad hasta el final la parte "amorosa" cobra mayor protagonismo, no es tanto así en su primera mitad.
Un segundo elemento que yo considero de relevancia es la ambientación. Mayelen Fouler nos ofrece una buena estampa de la España franquista y de los entresijos de sus mandatarios ante Hitler y los aliados, pero mejor aún es la estampa que recrea de la Argentina de la época, de la Patagonia, de sus paisajes, de sus gentes, de su forma de vida, de sus costumbres, de su manera de pensar e incluso de su forma de hablar, a la que intenta ser fiel utilizando la terminología y el argot propio del español de aquel país. Consigue trasladarnos hasta allí, lo cual no resulta fácil si no es con otra buena dosis de documentación previa que sirve de base a la recreación de la historia.
Me falta hablar de esa parte romántica, de esa historia de amor que justifica el género en el que ha sido catalogada. Y no puedo decir que sea "rosa", empalagosa o típícamente pasional, sin más. Es una historia a tres bandas, una mujer entre dos hombres que también escapa al tópico del triángulo amoroso sustentado por una infidelidad; ni siquiera se acerca de pleno a esa manida tesitura entre el amor profundo y el amor carnal que podemos encontrar en muchas otras obras enmarcadas, sobre todo, en el subgénero romántico-erótico. Yo me atrevería a catalogar esta relación como una consecuencia de los propios conflictos de Rosa, la protagonista, que se deja llevar alternativamente por la idolatría de lo deseado y no vivido (lo cual suele despertar pasiones cuando existe sobre todo atracción física) y del amor profundo y mejor conocido que no resulta ser lo que parecía ser. ¿O sí? Y es que otro de los alicientes de la novela son los secretos de familia que Rosa va descubriendo con el paso del tiempo y que la llevan a dudar de todo y de todos, provocando en nosotros la intriga necesaria por saber qué habrá ocurrido realmente en el pasado y lo que ocurrirá después.
Amor, pasión, conflicto, intriga..., insertados en una época y un entorno perfectamente documentados que sirven como telón de fondo a la historia, pero tomando partido en ella, no como simple atrezzo. Es, "En tierra de fuego", una novela que escapa de esa etiqueta prejuiciosa con que suele catalogarse a la romántica en general, porque ofrece mucho más, aunque su historia de amor sea el elemento más significativo de la misma. No he leído todas la demás novelas presentadas al concurso de Harlequín, por supuesto, pero creo que "En tierra de fuego" es muy digna de ese primer III Premio Digital HQÑ con el que se alzó a primeros de este año 2015.
Felicidades, Mayelen!
Y felicidades a Harlequín Ibérica por elevar el nivel de calidad de la romántica!
Y para terminar, como homenaje a Rosa y a esa tierra argentina en la que vivió, os dejo a ritmo de tango, el baile pasional y erótico por excelencia.
Veo que coincidimos en opinión. Es una novela muy merecedora del premio. Yo invito a que se quiten los prejuicios y se adentren en ella.
ResponderEliminarPilar estoy muy de acuerdo con tu reflexión sobre las "etiquetas" con las que se adjetiva a las novelas. Has escrito una reseña muy precisa sobre En tierra de fuego, en mi opinión has definido muy bien las dos historias paralelas que se desarrollan en la novela, la de los hechos históricos por un lado, y la trama amorosa, cuyos personajes se ven influidos por los acontecimientos temporales que les rodea. Si me preguntaran, ¿es novela romántica?, ¿es histórica?, diría simplemente que es una novela, que se desarrolla en un momento de la historia, muy rico en acontecimientos, que envuelven a los tres personajes principales, un triángulo formado por dos hombres que rivalizan por una mujer.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo tu reseña, ya que al igual que la de Mayte ha captado el fondo de mi historia. Un abrazo. Mil gracias por ese homenaje, un vídeo que ya me tiene en movimiento.
Una reseña que desde luego invita a leer esta novela. Y totalmente de acuerdo con tu reflexión sobre las etiquetas. Aunque no es el género romántico al que más me acerque ahora mismo, lo he disfrutado muchísimo hace años. Y hay muy buenas novelas.
ResponderEliminarBesotes!!!