SINOPSIS
Varios asesinatos con idéntico modus operandi señalan como sospechosa a Rosa María Luque, novia de un reputado político, famosa escultora y sucesora de una familia muy conocida de la ciudad. Aunque mantiene su inocencia con convicción, todas las pruebas recaen sobre ella.
Su mente es un puzle incompleto y desordenado. Su amnesia,su angustia y su inestabilidad emocional complican su defensa en el inminente juicio, por lo que su abogado defensor, Felipe Castilla, contrata los servicios de Mercedes Lozano, psicoterapeuta interpersonal, y Miguel Vergara, psiquiatra, quienes deberán acometer la difícil tarea de reconstruir el pasado para entender el presente y solventar el futuro de Rosa.
¿Finge o dice la verdad?"
Llevaba tiempo dedicada a leer, fundamentalmente, literatura intimista; mi pasión por los sentimientos, las emociones y la reflexión creo que ya es vox pópuli, entre otras cosas porque ya lo he repetido en incontables ocasiones. Pero siempre surge algún detonante que te hace virar un poco el rumbo, o al menos, hacer un desvío en el camino para aproximarte a aquello que mantienes a distancia sin un motivo expreso. Y fue María José Moreno y mi confianza en su buena pluma las que me incitaron a acercarme al thriller de la mano de “La caricia de Tánatos”. Y quedé encantada. O más bien, superencantada y enganchada a su forma de escribir y a la historia con la que iniciaba la ya conocida Trilogía del Mal.
He mencionado el "thriller", sin más. En otras muchas ocasiones, he definido a "La caricia de Tánatos" (acertadamente o no) como “thriller psicológico”, pero es que me acabo de dar cuenta de que empieza a cansarme tener que definir por narices el género o subgénero exactos en el que encuadrar una novela, cuando algunas de ellas no se ajustan por entero a los cánones marcados, ni al estereotipo puro que representa a ese género, como pienso que le ocurre, al menos, a estas dos primeras entregas de esta Trilogía del Mal: “La caricia de Tánatos” y “El poder de la Sombra”. He leído críticas o reseñas (en general) que dedican parte de sus líneas a discutir si una obra es novela negra, thriller, policíaca o a saber qué, y hasta qué punto se aparta de las normas establecidas, llegando a valorar negativamente ese probable desajuste (tal vez más por un incumplimiento de sus expectativas que por otra cuestión). A mí, sin embargo, eso es lo que me gusta, la innovación, la mezcolanza de elementos, el hecho de poner sobre el tablero tramas –y formas de desarrollarlas- que pongan en jaque a distintos géneros o subgéneros haciendo de ellos un cóctel perfecto que pueda aportar algo nuevo a lo que ya existe, porque esa es la forma de hacer que la literatura no se estanque, que evolucione de la mano de sus creadores. Lo que a mí me interesa es la novela en sí, y me da exactamente igual si está dentro de un grupo como desterrada. Ya hay quien ha inventado un nombre para el nuevo subgénero que podría acoger a esta trilogía: “Domestic Noir”. Porque parece que sin familia una novela queda huérfana, apostada en el aire y en tierra de nadie, como si careciera de identidad, olvidando que puede tener perfectamente una identidad propia basada en su propio nombre, el que lleva por título, sin necesitar más. “La caricia de Tánatos” ya tenía esa identidad y “El poder de la Sombra” la ostenta con creces, y deberíamos acercarnos a leerla basándonos en su propia sinopsis, en la garantía de quien la ha escrito o en los comentarios de lectores afines a nosotros sin importarnos la familia a la que pertenece o si ni siquiera la tiene.
Pero bueno, dejemos las divagaciones y centrémonos en lo que estamos.
“El poder de la sombra” es una novela adictiva, es lo primero que se me viene a la mente. Y lo es, no solo por la agilidad narrativa de María José Moreno, sino por sus pequeños giros, incontables y muy frecuentes a lo largo de toda la trama, así como por el aporte continuado de nueva información, de la entrada en juego de nuevos elementos. Nos mantiene en vilo de principio a fin. Y nos lleva a participar activamente en la investigación psicológica y psiquiátrica que en ella se desarrolla para intentar anticipar lo que pueda haber pasado, dándonos con un palmo de narices a cada pocas páginas para terminar finalmente bajando los brazos, desconcertados y sin saber qué pensar, porque la historia está tan bien hilada y tan bien tramada que no parece que haya salida aparente a lo se nos va contando. Pero en realidad, sí que la hay. E impactante, además.
Tal y como se expone en la sinopsis, Mercedes Lozano y Miguel Vergara (psicóloga y psiquiatra, respectivamente) vuelven a aparecer en esta segunda entrega, como ya era de esperar, y lo hacen para adentrarse en la mente de Rosa María Luque, acusada de asesinato, y poder aportar así algo de luz de cara a su defensa en el juicio que se avecina. Nos encontramos pues con una investigación por asesinato que, en esta ocasión, no va de la mano del policía de turno ni del detective privado, sino de dos profesionales de la psique humana que tratarán de encontrar las pruebas definitivas en la mente de la acusada, haciendo que sea lo psicológico –nuevamente- uno de los mayores sellos de identidad de la historia; aquí tengo que decir que la manera en que esa información va saliendo a la luz me parece además uno de los grandes atractivos y aciertos de la novela, no podemos obviar que hay que manejar mucha documentación de base para dotar de tanta verosimilitud, realismo y profundidad tanto a los personajes como a los hechos que se van relatando a lo largo de la trama. Admiro a María José Moreno por ello, por ese manejo magistral de los entresijos mentales, porque lo borda; aunque claro, ella no necesita documentarse al ser una especie de wikipedia psiquiátrica ambulante, lo cual le permite afinar hasta el máximo detalle en la creación de estos perfiles sin temor a equivocarse :)
Pero como decía antes, “El poder de la Sombra” no se limita a la investigación de un caso de asesinato, sino que desarrolla además, de forma paralela, varios hilos argumentales que dotan de historia personal hasta a los personajes secundarios, muy bien perfilados; se permite mantener una especie de relación amorosa, con sus naturales altibajos, entre sus protagonistas; saca de nuevo a la palestra la sombra de ese mal por excelencia que tuvo su protagonismo máximo en “La caricia de Tánatos” y que sigue amenazante en esta entrega; y también se permite tirar de reflexión, poner pinceladas profundas en boca de sus personajes y al hilo de lo que va ocurriendo.
Esta segunda parte de la trilogía vuelve a estar escrita en primera persona, lo que nos acerca aún más a Mercedes Lozano haciéndonos vivir muy de cerca lo que ve y lo que siente, hasta apreciarlo muchas veces en propia piel por ese cariz humano con virtudes y defectos que nos hace empatizar con ella percibiéndola como muy real. Y respecto al final, queda cerrado en cuanto a la trama principal, pero alguno de los hilos argumentales secundarios quedan abiertos al desenlace último, que nos vendrá de la mano de una tercera entrega que yo, desde luego, no me pienso perder.
“El poder de la sombra” está por encima de la catalogación de novela negra, de thriller psicológico, de historia intimista, incluso del recién nacido subgénero “Domestic Noir”. Quedémonos con todo y con los abusos sexuales en la infancia como base para sustentar la trama. Aunado en más de trescientas páginas escritas con un estilo narrativo sencillo, cuidado, trepidante y lleno de suspense, el estilo narrativo propio de una escritora que seguirá dando que hablar. Y no me cabe la menor duda de que cada vez más.
He mencionado el "thriller", sin más. En otras muchas ocasiones, he definido a "La caricia de Tánatos" (acertadamente o no) como “thriller psicológico”, pero es que me acabo de dar cuenta de que empieza a cansarme tener que definir por narices el género o subgénero exactos en el que encuadrar una novela, cuando algunas de ellas no se ajustan por entero a los cánones marcados, ni al estereotipo puro que representa a ese género, como pienso que le ocurre, al menos, a estas dos primeras entregas de esta Trilogía del Mal: “La caricia de Tánatos” y “El poder de la Sombra”. He leído críticas o reseñas (en general) que dedican parte de sus líneas a discutir si una obra es novela negra, thriller, policíaca o a saber qué, y hasta qué punto se aparta de las normas establecidas, llegando a valorar negativamente ese probable desajuste (tal vez más por un incumplimiento de sus expectativas que por otra cuestión). A mí, sin embargo, eso es lo que me gusta, la innovación, la mezcolanza de elementos, el hecho de poner sobre el tablero tramas –y formas de desarrollarlas- que pongan en jaque a distintos géneros o subgéneros haciendo de ellos un cóctel perfecto que pueda aportar algo nuevo a lo que ya existe, porque esa es la forma de hacer que la literatura no se estanque, que evolucione de la mano de sus creadores. Lo que a mí me interesa es la novela en sí, y me da exactamente igual si está dentro de un grupo como desterrada. Ya hay quien ha inventado un nombre para el nuevo subgénero que podría acoger a esta trilogía: “Domestic Noir”. Porque parece que sin familia una novela queda huérfana, apostada en el aire y en tierra de nadie, como si careciera de identidad, olvidando que puede tener perfectamente una identidad propia basada en su propio nombre, el que lleva por título, sin necesitar más. “La caricia de Tánatos” ya tenía esa identidad y “El poder de la Sombra” la ostenta con creces, y deberíamos acercarnos a leerla basándonos en su propia sinopsis, en la garantía de quien la ha escrito o en los comentarios de lectores afines a nosotros sin importarnos la familia a la que pertenece o si ni siquiera la tiene.
Pero bueno, dejemos las divagaciones y centrémonos en lo que estamos.
“El poder de la sombra” es una novela adictiva, es lo primero que se me viene a la mente. Y lo es, no solo por la agilidad narrativa de María José Moreno, sino por sus pequeños giros, incontables y muy frecuentes a lo largo de toda la trama, así como por el aporte continuado de nueva información, de la entrada en juego de nuevos elementos. Nos mantiene en vilo de principio a fin. Y nos lleva a participar activamente en la investigación psicológica y psiquiátrica que en ella se desarrolla para intentar anticipar lo que pueda haber pasado, dándonos con un palmo de narices a cada pocas páginas para terminar finalmente bajando los brazos, desconcertados y sin saber qué pensar, porque la historia está tan bien hilada y tan bien tramada que no parece que haya salida aparente a lo se nos va contando. Pero en realidad, sí que la hay. E impactante, además.
Tal y como se expone en la sinopsis, Mercedes Lozano y Miguel Vergara (psicóloga y psiquiatra, respectivamente) vuelven a aparecer en esta segunda entrega, como ya era de esperar, y lo hacen para adentrarse en la mente de Rosa María Luque, acusada de asesinato, y poder aportar así algo de luz de cara a su defensa en el juicio que se avecina. Nos encontramos pues con una investigación por asesinato que, en esta ocasión, no va de la mano del policía de turno ni del detective privado, sino de dos profesionales de la psique humana que tratarán de encontrar las pruebas definitivas en la mente de la acusada, haciendo que sea lo psicológico –nuevamente- uno de los mayores sellos de identidad de la historia; aquí tengo que decir que la manera en que esa información va saliendo a la luz me parece además uno de los grandes atractivos y aciertos de la novela, no podemos obviar que hay que manejar mucha documentación de base para dotar de tanta verosimilitud, realismo y profundidad tanto a los personajes como a los hechos que se van relatando a lo largo de la trama. Admiro a María José Moreno por ello, por ese manejo magistral de los entresijos mentales, porque lo borda; aunque claro, ella no necesita documentarse al ser una especie de wikipedia psiquiátrica ambulante, lo cual le permite afinar hasta el máximo detalle en la creación de estos perfiles sin temor a equivocarse :)
Pero como decía antes, “El poder de la Sombra” no se limita a la investigación de un caso de asesinato, sino que desarrolla además, de forma paralela, varios hilos argumentales que dotan de historia personal hasta a los personajes secundarios, muy bien perfilados; se permite mantener una especie de relación amorosa, con sus naturales altibajos, entre sus protagonistas; saca de nuevo a la palestra la sombra de ese mal por excelencia que tuvo su protagonismo máximo en “La caricia de Tánatos” y que sigue amenazante en esta entrega; y también se permite tirar de reflexión, poner pinceladas profundas en boca de sus personajes y al hilo de lo que va ocurriendo.
Esta segunda parte de la trilogía vuelve a estar escrita en primera persona, lo que nos acerca aún más a Mercedes Lozano haciéndonos vivir muy de cerca lo que ve y lo que siente, hasta apreciarlo muchas veces en propia piel por ese cariz humano con virtudes y defectos que nos hace empatizar con ella percibiéndola como muy real. Y respecto al final, queda cerrado en cuanto a la trama principal, pero alguno de los hilos argumentales secundarios quedan abiertos al desenlace último, que nos vendrá de la mano de una tercera entrega que yo, desde luego, no me pienso perder.
“El poder de la sombra” está por encima de la catalogación de novela negra, de thriller psicológico, de historia intimista, incluso del recién nacido subgénero “Domestic Noir”. Quedémonos con todo y con los abusos sexuales en la infancia como base para sustentar la trama. Aunado en más de trescientas páginas escritas con un estilo narrativo sencillo, cuidado, trepidante y lleno de suspense, el estilo narrativo propio de una escritora que seguirá dando que hablar. Y no me cabe la menor duda de que cada vez más.
No sabes las ganas que tengo de abordar su lectura.
ResponderEliminarUn beso
Ay qué ganitas!!! La tengo en casa y vamos a leerla muy prontito en una conjunta. La verdad es que me gustó tanto La caricia de Tánatos y la tengo tan fresquita que estoy deseando hincarle el diente a ésta.
ResponderEliminarBesos
Me estoy dando cuenta, al leer tu reseña que no sé hacerlas. ¡La bordas! La novela es mucho más que un subgénero en el que encasillarla, es un ejercicio literario bien documentado, sólido y, como has dicho, adictivo a tope. Nos ha dejado con ese pequeño hilo abierto para que dentro de unos meses conozcamos el desenlace.
ResponderEliminarYo ya estoy esperando.
Felicidades a María José Moreno por la novela y a ti por la reseña.
No sé que os pasa ultimamente que cuando os leo se me hace un nudo en la garganta y me quedo muda. Estoy de acuerdo contigo en todo lo que planteas respecto al género de la novela y alabo lo que dices de dejar atrás ese tema en pos de vibrar con la historia que es lo sustancial. Y además que sepas que nunca me habían llamado wikipedia psiquiátrica ambulante jajaja pero me gusta ;-)
ResponderEliminarGRACIAS POR TODO .
Me tiene con el corazón encogido. Si la primera me sobrecogió, ésta me está dejando en shock.
ResponderEliminarCon una reseña así, los demás podemos dimitir.
Besos
No sé si, después de leerte, me volveré a atrever a hacer una crítica de alguna novela.
ResponderEliminarTu reseña es magistral.
Ahora tengo, no ganas, si no necesidad de leerla.
Con tu permiso copio tu reseña. El resto de personas tienen que leerla. Enhorabuena Pilar. Un saludo.
ResponderEliminarPedazo de reseña!!! Va a esperar un poquito este libro, pero va a terminar cayendo, que el primero me gustó muchísimo.
ResponderEliminarBesotes!!!