SINOPSIS:
Muchos maridos olvidan cosas. Olvidan que esa mañana sus mujeres tienen una reunión importante, se olvidan de recoger la ropa de la tintorería o se olvidan de comprar a su esposa un regalo de cumpleaños...Pero Vaughan se ha olvidado incluso de que tiene una mujer. Ha olvidado su nombre, su rostro, toda la historia que comparten, todas las cosas que ella le haya podido contar, todo lo que alguna vez él le haya dicho a ella… Todo eso ha desaparecido, se borró en el catastrófico instante en el que Vaughan perdió la memoria. Y ahora que ha redescubierto a su esposa se entera también de que están a punto de divorciarse.
Cuando decidí secundar el que quedamos en llamar Reto Semi Genérico en el que incluiríamos al menos veinte lecturas de géneros diferentes a lo largo del año, uno de los compromisos fue reseñarlas, o al menos comentarlas, para que de alguna forma quedara constancia fidedigna de su lectura (aunque yo prometo no hacer trampa y apuntarme solo las que lea enteras de verdad). Y es en este punto donde topo con una de mis principales consignas con respecto a las lecturas comentadas en este blog: me dije que solo dejaría constancia de mi opinión en relación con las novelas que de una manera u otra consiguieran transmitirme algo, con independencia de su calidad. No estoy por la labor de echar por tierra el trabajo de nadie, entre otras cosas porque una opinión es algo tremendamente subjetivo cuando entran en juego factores como los gustos personales a nivel de género, temática, estilo narrativo, trasfondo de la historia o, incluso, lo que cada cual vaya buscando realmente al acometer la lectura de la novela, sus expectativas, se entiende.
Siguiendo ese criterio, no tendría, tal vez, que dejar aquí escritas mis impresiones de "El hombre que olvidó a su mujer", pero no porque sea una mala novela, que conste, sino porque su lectura no me ha aportado lo que esperaba, que, entre otras cosas, era ese humor prometido al estar firmada por John O'Farrell, político, escritor y humorista; aunque en la propia solapa de la obra se la cataloga como una novela "dentro de la tradición del humor británico", y claro, el mío es andaluz, he ahí la diferencia en la conceptualización del término humor que no me ha llevado a reirme como quisiera, sin menospreciar por ello las valoraciones positivas que en ese sentido pueda tener.
Por tanto, no voy a extenderme en exceso hablando de ella, aunque sería injusto que no mencionara algunos aspectos que sí pueden animar a otros lectores a adentrarse en ella: es una novela bien escrita, con una temática de fondo (una amnesia o "fuga psicogénica" producida por un trauma psicológico que le hace olvidarse practicamente de todo lo sucedido en su pasado) que se ha repetido ya tanto en el cine como en la literatura innumerables veces, pero que adquiere en este caso ciertos tintes de originalidad por la forma en la que plantea la trama, afrontando la reconquista de su mujer -a la que no recuerda- de la que estaba a punto de divorciarse. Su narrativa es ágil, de lectura fácil, salpicada por una ironía fina y aguda y una manera desenfada y hasta satírica de hablar de algunos de sus personajes que la acerca aún más a la realidad cotidiana y esbozar, eso sí, alguna sonrisa que otra. Y con un cierto trasfondo -que se extrae fundamentalmente en la parte final de la novela- que nos da a entender la importancia que nuestra manera de percibir las cosas, los detalles, los sucesos, incluso lo relativo a quienes nos rodean, puede tener en nuestra particular y exclusiva configuración de la realidad y, por extensión, en el éxito o fracaso de nuestras relaciones con los demás. ¿Las cosas son como son o como nosotros las percibimos? ¿Ocurren sin más, u ocurren porque nosotros percibimos que ocurren? Si cada cual las percibe a su manera..., ¿quién decide lo que es verdad?
Una lectura entretenida a la que no quito mérito, aunque a mí personalmente no me haya llenado como esperaba.
Bueno, la verdad es que como dices las historias a veces nos llenan más o menos no en función de su calidad sino de nuestros propios gustos que nos predisponen o nos hacen más receptivos a determinadas lecturas.
ResponderEliminarA mi que llevo poquísimo tiempo con el blog se me hace muy complicado reseñar cuando una novela no me ha llenado porque en ningún caso quiero quitar mérito a nadie y menos aún con mi opinión que no es más que una de tantas, aunque también es cierto que me gusta ser sincera y expresarme libremente.
Un beso.
No la conocía. Y la temática no me llama mucho y viendo tus impresiones, voy a dejarla pasar, que mi lista de pendientes lo agradece mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!