Esta noche he dormido como una marmota, pero no como una marmota cualquiera, no, ¡como la madre de todas las marmotas del mundo mundial! ¡Y sin tomarme ninguna de las píldoras tranquilizantes que mi médico de familia -Emilio Aragón- me prescribió intentando evitar, con su carácter pacífico, que yo montara un pollo descomunal -y no asado, precisamente- ante el organismo oficial de Correos y Telégrafos por la presunta desaparición de mis Gigantes en extrañas circunstancias. Pero no adelantemos acontecimientos. Vayamos al principio para no perder detalles de esta iniciativa maravillosa que se repite por segundo año consecutivo y que aspira a convertirse en una tradición navideña con más estabilidad en el tiempo que la del buey y la mula en el Portal de Belén.
Todo comenzó el día en que recibí ese preciado mail de nuestra madrina de ceremonias, Ana Kayena, invitándome a secundar tan genial iniciativa. Ya os conté en mi primera entrada bloguera-invisible la historiada noche de semi insomnio a la que tuve que sobrevivir para decidir si participaba en ella o no, y, finalmente, con qué libro lo haría. ¡Menos mal que dije que sí, porque a estas alturas tendría una alopecia aguda irrecuperable por los tirones de pelo que me habría pegado yo sola al ver la movida que me hubiera perdido de haberme quedado entre bastidores! Los gorritos monos de mercadillo que usó una de mis niñas en cierta ocasión se me hubieran quedado escasos. Pero accedí a participar, más feliz que Cristobal Colón con un GPS, observando cómo la blogosfera comenzaba a hervir y a movilizarse para decidir lo que iban a regalar y lo que cada cual ya tenía en su poder para no hacer acopio de ello como yo con los cromos de las princesas cuando era pequeña (mentira, yo coleccionaba canicas, pero dicen que esta feo decirlo porque soy una chica!).
¡La aceptación que mis Gigantes tuvieron entre los participantes de esta iniciativa me hizo muy feliz; tanto, que pasadas unas semanas ya no pude esperar más y rebosante de ilusión, decidí ir a recogerlos a la librería de turno en la que suelo comprar libros. "¿Se los va a llevar usted o se los llevamos nosotros a casa?" -me preguntó el librero-. Me quedé un poco perpleja, ojiplática, diría yo, sin comprender muy bien lo que aquel tipo me estaba insinuando. Hasta que los vi aparecer. A los Gigantes, digo, por la compuerta de carga y descarga del establecimiento porque no había forma de hacerlos pasar por dónde entraba el común de los mortales, mientras el resto de clientes se aferraba con fuerza a las vigas de hormigón para combatir el temblor sísmico que provocaban con cada uno de sus pasos. ¡¡La madre del cordero, qué pedazo de tíos!! ¡Maldita fue la hora en que se me ocurrió regalarlos! ¡¡Aunque la culpa la tiene el Sr. Follet, qué bien podría haberle puesto de título "La caída de Torrebruno", jolín!! "¡¡¿Y los dientes?!!" -pregunté levantando la ceja izquierda hasta la coronilla al ver que estabán más mellados que yo en el día de mi Primera Comunión-. "¡Los Gigantes se han caído, señora, ¿qué quiere?!" Con ese morro impresionante me despachó de allí el señor librero. Les relié a cada uno una bufanda XXXXXL de la sección de oportunidades para disimular el desaguisado y salí arreándolos hasta casa como el que lleva un rebaño de cabras lisiadas, temiendo la reacción de mis chicas que no se hizó esperar. Cuando llegamos, huyeron corriendo despavoridas a los submundos del sotano con un acojonamiento en grado sumo, como si ellos hubieran dicho de desvirgarlas. Allí permenecieron ocultas y haciendo guardia militar hasta que bajé a decirles que hicieran las maletas, que la encantadoramente persuasiva madrina Ana me había terminado convenciendo de que ellas también viajaran. Y ahí se les acabaron los temores. Porque cuando de ir de parranda se trata, preparan el equipaje más rápido que un veraneante en un centro nudista.
Y llegó el día de la despedida. Mi chicas, en tren. Mis Gigantes, paseando. Y paseando. Y paseando. Ellas, como buenas viajeras y por sorpresa total y absoluta, arribaron a su destino, la casa de Lidia Casado en un pueblecito de Castilla-La Mancha, sin mapa ni nada parecido, a pelo, orientándose por las indicaciones oficiales sin problema alguno. Pero mis Gigantes... ¡¡¡Ay, mis Gigantes cómo me lo han hecho pasar!!! ¡¡Doce días de extrema preocupación hasta verlos llegar sanos y salvos!! Mellados, eso sí, pero a salvo. ¡Los muy cabeza loca decidieron, por su cuenta y riesgo, hacer el Camino de Santiago y "darse una vueltecita" por Galicia antes de terminar en Málaga!, donde mi querida Meg llevaba clamando a voz en grito por todas las redes sociales que su sorpresa aún no había llegado, y que quería a toda costa tener entre sus manos de lectora ávida a esta trupe de la estirpe de Goliath. ¡Insensata!, ¿dónde pensará meterlos? Y yo preocupada. Irritada. ¡Ligeramente cabreada! ¡¡Y Kayena lanzando advertencias al aire de que los carteros no pasarían de Despeñaperros para abajo!! ¡¡Y Marilú amenazando con regalarle a mi bloguera los Gigantes antes que yo!!! ¡¡¡Tilas progresivas y algún que otro valium me ha costado la odisea, que ya me veía yo avisando al Cuerpo entero de Bomberos por si los pobres míos se habían caído de nuevo por algún barranco, porque si el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, una representación hombruna tan ejemplar tiene que tropezar siete veces!!!
Menos mal que entretanto -antes de que el grito tarzanero de la pequeña Meg me perforara el tímpano avisando de su llegada-, tuve ocasión de divertirme de lo lindo con las anécdotas blogueriles de mis compañeras lectoras, de brindar con una ronda de chupitos virtuales de cuya resaca no me he recuperado aún y sobre todo, y ante todo, de emocionarme y entusiasmarme más que Vikie el vikingo con el regalito bloguero de mi querida Shaka lectora bloguera, o lo que es lo mismo, Sara Montero Dueñas facebookiana. El viernes, día 4, hice sentada en el portal esperando a la representante oficial del Cuerpo de Correos, preguntándome qué libro vendría en el paquetito sorpresa. ¡¡Y llegó!! ¡Puntual! ¡Y lo vi un poquito obeso -al paquete-! ¡Y me entusiasmé aún más! ¡Y desgarré la solapa como una energúmena a la que nunca le han regalado nada! ¡¡Y vi dos libros!! ¡¡¡¡¡Dos: La Tribu maldita, que era el anunciado, y La ciudad de los ojos grises, ¡de sorpresón divino de la muerte, con las ganas que tenía de echarle el guante! Venían acompañados de una bonita nota de Sara y me emocionó que se hubiera deshecho de dos de sus mejores lecturas para cedérmelas y que las pudiera disfrutar tanto como ella.
¡¡Gracias!! A Sara, por hacer de Rey Melchor en tiempos de crisis; a Meg, por su entusiasmo y por la buenísima acogida que le ha brindado a mis Gigantes, aún con el hándicap de tener que hacerle una ortodoncia de urgencia; a tod@s los participantes por la ilusión que desbordan y que hace que todo esto resulte muy, muy especial, y por supuesto, a mi madrina Ana, por haberme dado la excusa perfecta para descorrer de nuevo la cortinilla del blog, por hacer que brote una semilla de alegría, ilusión, entusiasmo y diversión que nos hagan olvidar en parte las pestilencias que manan de las noticias políticas y económicas del momento, por hermanar a unos blogs con otros, trazando lazos entre desconocidos o estrechándolos entre quienes ya tienen la suerte de haberse descubierto, y por brindarnos la oportunidad de conocernos a nivel personal más profundamente de lo que en principio imaginábamos.
Estoy encantada de haber participado y espero ilusionada la siguiente convocatoria...
...con el hospital de campaña preparado :)
A los que hayáis tenido la santa paciencia de llegar leyendo hasta aquí, os quiero mostrar mis dos librazos, que aunque hayan pasado a ser de mi propiedad, siempre conservarán el sello personal que Sara dejó al leerlos.
Un besazo!!
Eres genial... y lo que te habrás gastado en filetes y pan para alimentar a los hombretones. Quizá por eso han hecho el periplo, para bajar las comilonas. Celebro que ya esté todo en su sitio. Qué bien nos lo pasamos ¿verdad? Estas cosas son las que dan salsita a la vida. Un beso fuerte.
ResponderEliminar¡¡Como lo sabes, he terminado con todos los excedentes de Mercadona, Meg no sabe lo que se le viene encima, jajaja!!
EliminarHay que buscar los ratos buenos en esta vida y esta iniciativa es, sin duda alguna, uno de ellos. Todo lo que rodea al regalito en sí vale diez veces más, solo hace falta ponerle un poco de ilusión al asunto y ya ves, cómo se disfruta.
Besitos, guapa!
Ostras, que se me olvidó meter un marca, qué fallo!!! o.O Me parto contigo. La caída de Torrebruno XDDDD. Me alegro mucho de que mi obeso paquete llegase pronto y bien a tus manos y que tus gigantes, mellados o no, hayan hecho a Meg de lo más feliz. Que disfrutes de las aventuras de Anar y Gastiasoro, espero que te gusten tanto como a mí :)
ResponderEliminarUn beso shakiano, para ti y para todas tus niñas, que son unos soles!!
Tranquila por el marca, el sorpresón del libro adicional (y qué libro!) ya es más que suficiente, todo un detallazo que no esperaba, guapa, ¡y las indagaciones previas!, que de todo se entera una ;)
EliminarMe ha gustado mucho, Sara, y espero leerlos lo antes posible, pero cuando tenga claro que dispongo de tiempo para disfrutarlos bien, porque lo merecen.
Un beso!!
¡Qué sorpresón! Dos libros por uno. Pos si que debía ser obeso el paquete sí, jajaja. Y que entrada has hecho, lo que me he reído con los Gigantes mellados que se han ido a hacer el Camino de Santiago. Pero bueno, ahora todo está en su sitio y lo bien que nos lo hemos pasado por el camino! Besos guapa!
ResponderEliminarSí, nos hemos divertido todos, aunque los Gigantes se me hayan despendolado un poco, jaja. Ha sido muy bonito, bueno... ¡está siendo! muy bonito, porque aún falta gente por recibir el suyo y crónicas por salir. Espero que todo siga igual de bien.
EliminarUn beso, Emma!
Te acabo de conocer por una publicación de Shaka en Facebook.
ResponderEliminarY me alegro, porque me lo he pasado pipa con tu entrada. Gracias por hacerme reír.
Un beso.
Pues, encantada de conocerte, Montse, me alegra que hayas pasado por aquí y de que te haya hecho reír un poquito :)
EliminarGracias a ti!
Un beso!
Yo me parto de risa contigo, que no sé si me ha hecho más gracia lo de imaginar a los gigantes con los dientes mellados, o a tus niñas haciendo el equipaje más rápido que el nudista ese, o imaginarte con el gorro de mercadillo por haberte tirado de los pelos. Y luego voy yo y escribo una entrada más sosa que yo qué sé, jajajaja. Si es que donde hay arte se nota, oye. En fin, que me alegro de que hayas disfrutado de tus regalos y de que nos hayas hecho disfrutar a nosotros leyéndote. :-)
ResponderEliminar¡¡Que no hay arte, Espe, que yo cuento las cosas tal cual ocurren!!, jajaja.
EliminarLo he pasado muy bien, esa es la verdad, y además me han gustado mis regalos, así es que no puedo pedir más. Me alegra haberte hecho disfrutar con mis Gigantes peregrinos, jaja.
Un besito, guapa!
Jajajaja, lo que me he reído con tu entrada. ¡Estás "salá"! Jajaja, ays, esos gigantes mellados, La caída de Torrebruno... Anda que...
ResponderEliminarY dos libros!!! La tribu maldita no lo he leído, pero tiene muy buenas reseñas por la blogosfera. Y La ciudad de... es una maravilla, una lectura preciosa. Estoy segura que te va a gustar. Disfruta de ambas lecturas!!
Besotes!!!
Es que manejar a Torrebruno hubiera sido muy fácil, no me digas que no!!, jaja.
EliminarSí, son dos novelas geniales, con muy buenas críticas. La ciudad de los ojos grises ha sido una de las mejores lecturas de much@s bloguer@s este año y La tribu maldita también tiene críticas excelentes, así es que me he topado de cara con la suerte; bueno... y con el detalle de Sara, claro.
Disfruta tú también de la tuya!
Un beso!!
No puedo parar de reír con tu crónica, es genial. Los gigantes son muy listos y saben que es un placer hacer el Camino de Santiago y que por allí hay pulpito, albariño, tarta y orujo, Galicia bien merece una visita. Suerte que no los he pillado yo en mis caminatas, de esa salgo corriendo, jaja. Una iniciativa preciosa con la que disfrutamos muchísimo, ya sea de enviar y esperar el regalito, como de estar de cachondeo con los chupitos, especulando sobre el paradero de los libros, o con las aventuras de los gigantes mellados. Disfruta de los libros que son un regalazo.
ResponderEliminarUn besote
Sí, pulpito, albariño, tarta, ¡así están, que el increíble Hulk se les queda a la altura del betún!
EliminarSiempre digo que lo que rodea al regalito -el antes, el durante y el después- es mejor que el regalito en sí. Otra buena manera de divertirnos sin tener que comer bombones o turrón a todas horas, jaja. ¡Y los chupitos virtuales son lo más! Tenemos pendiente hacerlos realidad.
Disfruta de tu libro tú también, guapa.
Un beso!
Eres única contando historias, por Dios, claro que eso ya lo sabía. Menudos libros te han tocado, se me van los ojillos detrás de esos ojos grises. Yo también estoy feliz con la iniciativa pero hoy es un día un poco triste para mí porque todavía no ha llegado mi regalo a su destino y me temo lo peor a estas alturas, así que mañana me tocará plantarme en Correos a ver qué pasa. ¡Que los disfrutes Pilar! Un abrazo.
ResponderEliminar¡Ay, Rebeca, entiendo lo que sientes ahora mismo, hasta ayer a última hora yo estaba igual, y me sentía peor de pensar en la decepción de la otra persona, más que en mí, por supuesto! Por eso decía en face que es una injusticia (por no decir putada) que abordemos todos esta iniciativa con tantísima ilusión para que Correos venga después a chafárnosla. A ver si hay suerte mañana, parece que en estos últimos días se están poniendo las pilas algo más. Ojalá todo termine bien, guapa.
EliminarUn besito!
La Ciudad de los ojos grises!!! Ohhhhh, y encima han sido dos! Enhorabuena. Sin duda te los mereces!!!! Aunque yo no cambio a mis gigantes, eh? :-P Sin duda ha sido genial esta vez. Un besazo Pilar.
ResponderEliminar¡Cuídamelos, ¿eh?, que son grandes pero muy ingenuos! :) Supongo que no, que no los cambiarás por nada, después de encomendarte a todos los santos para que te tocaran, jaja. Siento que hayas tenido que esperar tanto, pero bueno, eso nos ha dado margen para pasarlo bien con las bromas y el buen humor. ¡¡Que disfrutes mucho con ellos, guapa!!
EliminarUn beso!
Jajaja, esta ha sido, sin duda, la crónica mas divertida que heleido! Me parto contigo!
ResponderEliminarMe alegra que te haya hecho tanta ilusión tu regalo, lo mismo que a Meg, claro que no es de extrañar porque menudo tres libros!
Yo sigo esperando el milpero hoy llegara, seguro
Un beso y que los disfrutes
¡La que me han liado estos descerebrados, Laky, no les he dado una colleja porque me pillaban lejos ya, que si no...!, jaja.
EliminarMe ha hecho mucha ilusión, sí. Espero que el tuyo llegue hoy, igual el cartero ha querido leerlo antes de dártelo :) Disfrútalo cuando llegue!
Un beso!
¡Qué bien te lo has pasado! En el fondo estas cosas son la salsa de la vida. ¿Qué sería de nosotros sin esos momentos de tensión?
ResponderEliminarEspero que disfrutes de tu bloguero invisible, yo por mi parte me quedé encantada con el mío.
Un saludo.
¡Hay que buscar los momentos buenos y divertidos, reirse de todo lo que se pueda y dejar los formalismos de vez en cuando, que la risa, el buen humor y los momentos de distensión son una excelente terapia, y en estos tiempos que corren, a todos nos viene bien!
EliminarMe alegra que hayas quedado encantada tú también con esta iniciativa bloguera y dispuesta para repetir.
Un beso!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTodavía me estoy riendo desde ayer que leí esta entrada". La verdad es que nos hemos reído lo nuestro con estos Gigantes y su periplo. Pero mira, aunque tarde, han llegado a su destino y parece que para hacer disfrutar a su destinataria, que es lo importante. De los regalos de Shaka no tengo palabras... me ha dejado muerte (eso si, en la próxima edición hago trampa y me la pido).
ResponderEliminarPor cierto, he hecho lo que he podido para intentar resumir tu post, pero lógicamente me he dejado muchas cosas en el camino, cual Gigante.
Un beso.
Jajaja, te entiendo, hay que tener mucha capacidad de síntesis para resumir este testamento escrito, jaja.
EliminarLo hemos pasado genial de principio a fin. Me he reído muchísimo, ha merecido la pena, aunque claro, el trabajazo te lo llevas tú, pero creo que en general es para estar satisfecha, a mucha gente por ahí le está dando envidia de no haber participado :)
¡¡Y oye, de enchufes nada, que yo no me entere. Tú cierra los ojos cada vez que sortees para no saber quien te toca, guapa!!
Gracias por todo y un besito!
Como me lo estoy pasando con estas entradas creo que habria que hacer una especie de rankin con las cronicas de los libros y su espera. Ahora a disfrutar con tus nuevas lecturas, un beso.
ResponderEliminarJaja, desde luego, porque algunas esperas están siendo historiadas! Gracias, los disfrutaré seguro!
EliminarUn beso!
:) que disfrutes de los libros guapa!
ResponderEliminarIgualmente te deseo, y que participemos de nuevo en la próxima, ¿no?
EliminarUn beso!
Me ha encantado la entrada, una crónica en la que no falta detalle :) Me parece a mí que en próximas ediciones vamos a esperar con más ganas las entradas en las que cada uno cuenta su experiencia que el propio paquete porque yo me lo estoy pasando genial leyendo vuestras anécdotas
ResponderEliminarbesos
Yo pienso igual que tú, me lo estoy pasando tan bien con los comentarios previos y las crónicas post bloguero como con el regalito en sí! Están geniales!
EliminarUn beso!!
Pilar... disfruta de tus libros. Estoy segura de que te gustará mucho La ciudad de los ojos grises. Es una historia que engancha y al mismo tiempo preciosa. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marisa, igual te digo! Todo el mundo habla genial de esta novela, me tiene que gustar por fuerza. A ver cuando puedo hincarle el diente.
EliminarUn beso!
Aún no había pasado a dejarte el comentario, pero sí que había leído, o intentado al menos, tu entrada... entre risas y más risas me lo has puesto difícil. Un esfuerzo titánico el tuyo, si es que cuando te quedaste sin sueño la primera vez era algo "premonitorio" lo de estos desvelos. Siento la tensión añadida por los gigantes y Meg, lo llego a saber y pongo punto en boca... que las andaluzas tenemos que estar unidas ;) Besos ¡me lo he pasado pipa!
ResponderEliminarEntre insomnio e insomnio me lo he pasado genial, sobre todo con la guasa que nos hemos traído entre todas por face, eso ha sido un aliciente más para divertirnos de lo lindo.
EliminarCon las andaluzas no puede nadie, ni el peor de los carteros, jaja.
Disfruta de tu regalo, guapa.
Un beso!
Ains Pilar, la que hemos armado con esto del bloguero invisible! Tus gigantes han sido las estrellas del espectáculo: estaban perdidos todo el tiempo! Menos mal que llegaron a su destino sanos y salvo y fueron estupendamente acogidos. En cuanto los libros que has recibido, sólo puedo decir que no me muerto de envidia porque a mi casa llegó el señor Gray (que no el muermo ese de Grey que las trae a todas locas), que si no, estaría verde - azulada por los dos peazo novelas que te han tocado y que seguro que sabes disfrutar como se merecen. Gracias por la ilusión compartida, 1beso!
ResponderEliminarSe han perdido muchos, pero con los gigantes hemos liado una buena, jaja. Espero que Meg disfrute con ellos, después de las ganas que tiene de hincarles el diente. Yo, por mi parte, estoy segura de que disfrutaré de los que me han regalado, porque son muy buenas novelas.
EliminarGracias a ti también por los buenos momentos que hemos compartido.
Un beso!
Jajajaja!! Me está resultando casi tan divertido leer las entradas que escribimos que esperar a mi(s) libro(s). ¡Qué maravillosa iniciativa!!
ResponderEliminarGracias por tus mujeres. Me hacen guiños desde la estantería y a este paso adelanto su lectura pero ya. Serán seductoras.... ;)
Besos!
Yo también me estoy divirtiendo con las crónicas, jaja.
EliminarGracias a ti por acojerlas. Y sí, son un poquito zalameras, no dejes que te enreden, jajaja.
Un beso, guapa!