Como en una montaña rusa de emociones.
Así se ha sentido Carmina durante la lectura de este libro y así es como yo me siento desde hace ya unos cuantos meses: entre el sentido común que tiende a bajarme de las alturas atraído por la fuerza gravitatoria que me lleva de vuelta a tierra y las palabras de blogueras maravillosas que, como Carmina, me elevan en volandas de vez en cuando hasta tocar esas nubes de algodón que te engullen como paso previo al Paraiso; entre la racionalidad de la vigilia que te hace ubicar los obstáculos sin contemplaciones y lo etéreo de los sueños que con un sola ráfaga son capaces de pintarte el mundo de un dulce color pastel hasta creerte capaz de comértelo por entero. Mis emociones fluctuando entre un punto y otro mientras mi mente hace un esfuerzo sobrehumano por mantenerse en el punto de equilibrio para que ni la euforia ni la decepción me jueguen una mala pasada.
Fueron muchos los pensamientos que cruzaron mi mente tras leer esta reseña, muchos los minutos que permanecí sola ante la pantalla del ordenador, con la vista puesta en un punto indefinido al tiempo que elucubraba y me dejaba llevar por lo que sentía y que ahora no sé bien cómo expresar (¡envidio la capacidad de mis niñas para manifestar lo que sienten con tanta facilidad!), tal vez una mezcla de alegría inmensa, de mucho orgullo y un resquicio de pena por no poder darles, como cualquier madre, todo lo mejor, todo lo que según muchos se merecerían tener.
Yo no pensaba llegar hasta aquí, o más que llegar hasta aquí... digamos que conseguir lo que he conseguido. Hay muchas formas de hablar positivamente de un libro, de recomendarlo incluso para su lectura: puedes decir que te ha gustado sin más, que su trama es interesante y atractiva, que sorprende, que empatizas muy bien con sus personajes o que sigue un buen hilo argumental, y todas ellas serán sin duda valoraciones muy favorables. Pero cuando manifiestan todo eso y que tus relatos han conseguido además tocar el corazón, dejarles con la boca abierta..., cuando confiesan la duda de si serán capaz de devolverte todo lo que tú has conseguido aportarles a través de estas vivencias o cuando te percatas de que llaman a las protagonistas por su nombre como si se tratara de buenas amigas, convirtiéndolas en mujeres de carne y hueso que parecen haber traspasado el papel... no puedo dejar de pensar y admitir que jamás, repito, jamás, creí que llegaría a remover los sentimientos y las emociones de lectores como ella en la medida en que lo he hecho y eso es para mí uno de esos sueños de los que no me gustaría despertar, uno de esos sueños que te pintan el mundo de color pastel. Porque nunca me lo propuse, nunca me lo planteé de forma expresa, nunca lo perseguí, tan sólo me dejé llevar por la visión de cuanto me rodeaba, por lo que surgió tal vez de manera casual, por lo que el cuerpo me pedía hacer en aquel momento de mi vida y por la ilusión siempre presente de hacerlo bien además.
Me encantaría que mucha gente pudiera conocerlas, pero como suele decirse cuando se habla de amigos, los prefiero pocos y muy buenos que muchos y distantes, y a ser posible que traben con ellas una amistad que perdure el mayor tiempo posible. En este caso, estoy convencida de que ellas a Carmina no la olvidarán jamás.
Muchísimas gracias por acojerlas así!!
Como siempre, podéis leer la reseña completa, si es que no lo habéis hecho, pinchando en el siguiente enlace: Blog De tinta en vena.
Acabo de leer la reseña y no me extraña que estés emocionada. Es la mejor reseña que he leído sobre tu libro desde que lo conozco, y ya van unas cuantas. Menos mal que no sabía como enfocarla... Enhorabuena de nuevo por tus niñas, que se lo merecen todo!!
ResponderEliminarUn beso shakiano!!!
Cuando las palabras manan del corazón y hay sentimiento de verdad por medio se nota, ¿verdad? Eso es lo que más me emociona, por encima de los tecnicismos.
EliminarMuchísimas gracias, guapa!
Hola Pilar, buenas tardes, he leido la reseña sobre tu libro, me ha encantado, felicidades. Un abrazo, Lola.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola, me alegra que la hayas compartido conmigo.
EliminarUn beso!
Ya he leído la reseña de Carmina y le he dicho que, de todas las que he leído hasta ahora sobre tus niñas, esta es la mejor con diferencia. Me he emocionado y todo al leerla. :-)
ResponderEliminar¡Pues imagínate yo, guapa! ¡Qué pena que no hubiera podido estar también en la presentación, ¿verdad?, el grupo hubiera estado mucho más completo y yo la hubiera podido conocer personalmente!
EliminarUn beso, guapa!
Mujer de poca fe, ¿recuerdas aquello de "ladran, luego cabalgamos"? , pues eso, mientras algunos (o muchos) se escudan en que el título de tu libro de relatos es disuasorio, porque tal y tal... otr@s se atreven a hablar de él... y lo hacen como Carmina ¡aguantá la pedrá!
ResponderEliminarY, sobre todo, me alegra un montón leer este artículo, porque tapa al anterior del que nunca te debiste dar por aludida, porque nada tenía que ver contigo.
P.D.: Por cierto, siempre tengo que ser yo la nota discordante que en vez de alegrarse sin más porque hayas recibido la mejor de las reseñas se haga eco de otras cosas...
¡Pero si eso precisamente es lo que me gusta de ti, Ana, que llamas al pan, pan y al vino, vino! Y si tienes que sacar a relucir otras cuestiones peliagudas, pues lo haces sin problema y a mí me encanta, porque no me gusta que la gente me siga la corriente si tiene otras cosas mejores en mente para decir, jajaja!
EliminarYo también me alegro de pasar página, ¡pero es que el amor propio me puede! Pero comentarios como el de Carmina y otras muchas de vosotras ponen los puntos sobre las íes, y dejan muy claro quién habla con conocimiento de causa y quién generaliza sin saber.
Gracias, madrina, por tu recomendación allá por febrero pasado, porque ayer me supo a gloria :)
Un beso!
Es que yo, en los días de febrero, tengo verdiblanca la alegría y recomiendo mucho.
EliminarUna reseña impresionante! Felicidades! Tú has conseguido traspasar la frontera de una buena lectura, una gran prosa y de entretener. Y has llegado mucho más lejos con saber emocionar a todo el mundo, de hacer que tus niñas sean personas de carne y hueso y que se conviertan en nuestras amigas para siempre, a las que llevamos en el corazón.
ResponderEliminarBesos
Es normal que yo las sienta de esa manera, al fin y al cabo, han sido muchas las horas que he pasado junto a ellas y terminas queriéndolas hasta en lo más profundo. Pero que un sentimiento similar surja en quien apenas ha tenido contacto con ellas durante la media hora que puede tardarse en leer un relato, o tal vez menos, me impresiona. ¿Me creerás si te digo que más de una vez he vuelto a leer alguno de ellos para descubrir yo misma dónde está el secreto?
EliminarGracias por tus palabras, peque.
Un beso!
Si es que la reseña de Carmina emociona. Si me emocionó hasta a mí. Ni soy capaz de imaginar todo lo que tú sentirías cuando la leías. Y así tienes que estar, alegre, orgullosa, de todo lo que tus niñas están consiguiendo, pero gracias a una madre que se lo ha dado todo y que les ha enseñado muy bien. Yo creo que ya es hora de que empieces a creértelo. Que saber transmitir tanto como tú sabes es algo que no muchos tienen.
ResponderEliminarBesotes!!!
También tengo que contar con vuestra sensibilidad, con ese 'dejaros llevar' sin reticencias y con vuestra capacidad para abriros a las nuevas amistades dejando que os cuenten lo que les preocupa o lo que les acaba de pasar. Si bonita es la experiencia de emocionar con lo que escribo, mejores son las buenas vibraciones que me transmitís vosotras. No sabéis cuánto me alegro de haberos encontrado, de verdad, sois... lo más! :)
EliminarMuchísimas gracias por los halagos, vais a hacer que me vuelva presuntuosa, jajaja.
Un beso, guapa!
Gracias Pilar por tus palabras, sigo manteniendo que no he sabido darles todo lo que ellas me han dado a mí, han sido ratos muy agradables de compañia y reflexión, de releer para descubrir matices, de discutir detalles con ellas como si me pudieran hacer algún caso. Lo he pasado bien y me ha costado mucho pasar al papel el remolino de sensaciones que me embriagaron durante su lectura. Han sido horas delante de una hoja en blanco, conversaciones con Ana, que me pedía que escribiera algo, lo que fuera que seguro que poco a poco iría tomando forma, pero no había manera, el principio se me resistía, esa frase que sirve de arranque y que parece que todo lo demás fluye sin necesidad de pensar.
ResponderEliminarMe alegro de que al final el resultado fuera bueno y que haya logrado emocionarte, con ello te devuelvo parte de lo que tu me has dado en particular y las chicas en general.
Sigue luchando, el camino de la literatura profesional no es fácil y siempre habrá quien juzgue sin haber leído, o que generalice sin saber el daño que puede hacer.
Muchísimas gracias por tu esfuerzo, Carmina!! Yo siempre me siento a escribir cuando tengo algo interesante y atractivo (para mí) que contar y no lo hago hasta que fluye espontáneamente en mi cabeza, al menos esas primeras palabras que, como tú bien dices, van tirando de las demás hasta sacarlas todas a la luz; pero cuando ha de escribirse algo por obligación el esfuerzo puede ser morrocotudo, y más con la presión de tener que transmitir todo lo que sientes porque sabes que te leerán y analizarán tus palabras con detalle :) Por eso, porque entiendo perfectamente lo que eso supone, te agradezco enormemente que no hayas desistido en el intento, que era lo más fácil.
EliminarNo tenías que devolverme nada, con saber que no te había dejado indiferente hubiera bastado, porque creo que esa es la máxima de todo autor, conseguir que su libro haga reaccionar a quien lo lea, sea en el sentido que sea.
Gracias por tu recomendación. Intentaré hacer oídos sordos a los detractores gratuítos y sin argumentos válidos de los que aprender.
Un besazo!