21 abr 2016

A MI PADRE.



  Ella te espera. Ha abierto sus brazos de amante esposa para recibirte, para enlazar sus manos de nuevo a las tuyas y pasear unidos entre las nubes. Llueve sobre nosotros el amor que nos profesasteis, calándonos el alma, salpicando nuestros corazones como gotas de rocío plagadas de luz.
   Te has marchado. Dejando tras de ti una estela de bondad que nos acariciará como una brisa de primavera, mientras dibujamos en el aire tus perfiles de gran padre para inmortalizarte, con sus trazos de paciencia y plena dedicación a quienes viste nacer.
   Evoco tus ojos y el orgullo hacia nosotros se refleja en tus pupilas. Pero en absoluto es comparable al que las nuestras devuelven cuando se clavan en ti, en tu ser, en tu esencia y en tu espíritu: grandes, muy grandes.
   Es fuerte el dolor que siento, pero será mitigado por el paso del tiempo y por el recuerdo de los momentos felices que poblaron tu vida, vuestras vidas que son la nuestra, edificadas con amor, ternura y un sinfín de buenos sentimientos más.
   No te digo adiós, ni un "hasta luego", porque seguiré escuchando tu voz y observando en mi mente los gestos silenciosos con los que hablabas. Y cuando me pregunten por qué resbala una lágrima por mi mejilla, o por qué sonrío sin aparente causa, diré que es por ti, por el hombre más bueno del mundo. Por mi padre.


21 de abril de 2015.

***


Un año más tarde, os imagino bailando. Como tantas veces hicisteis.



19 abr 2016

RELATO: "ME CANSÉ".


   Me cansé de soportar tus gritos y tus reproches; tus justificaciones sesgadas y tu admiración a quienes no lo meritaban; tu desmerecimiento a cuanto hacía por considerarlo una obligación...
    Me cansé de soportar tus idas y venidas cuando más te convenía, sin pensar en mis necesidades, ni en mí; de que huyeras de cada problema con excusas banales que apenas creías tú, cuando la razón cierta es que eras incapaz de afrontarlos y mucho menos solucionarlos; de que me culparas de l...
os efectos malévolos sobrevenidos por no haber
sabido resolverlos, cuando nadie me dio instrucciones de cómo hacerlo...
    Me cansé de ejercer de marinero, capitán y timonel de un barco que construimos a medias, soportando las mareas y las tormentas a solas, gozando de una buena compañía tan solo en aguas calmas; de reparar los desperfectos de los avatares del tiempo en su quilla sin que nadie curara mis manos después...
    Me cansé de ser transparente y que no me vieras; de vivir en silencio y que no apreciaras la estela de luz y de orden que a mi paso dejaba; de darlo todo por aquellos a quienes amaba, aguantando la crítica de estar hueca por dentro...
    Me cansé de ver tu espalda y tus oídos cerrados ante las verdades; de sufrir por ser valiente y no quejarme; de estar sola por haber aprendido a ser autosuficiente y no dependiente como lo eras tú...
    Me cansé de besar el suelo ante la opresión de quien tan solo dispone de más voz que yo.

    Me callé. Y tal fue mi perdición. No cubrirme de flores en cada uno de mis actos para tú aspiraras su aroma y apreciaras sus colores... Mi humildad y mi orgullosa madurez me lo impidieron... Y la debilidad de tus sentidos hizo los demás honores.
   No yerra quien no actúa. No se equivoca quien no decide. No se estrella quien no camina. No escucha reproches quien nunca habla, quien jamás defiende sus ideales porque jamás los tuvo.
    Adelante, sigue tus pasos. Yo he decidido cambiar de rumbo. Tan solo espero que no lamentes la perdida de todo aquello que se te ha ido.
    Yo buscaré quien me valore por la riqueza que llevo dentro. La que amasé por lo aprendido, vivido y sufrido.



© Pilar Muñoz - 2016 

15 abr 2016

MICRORRELATO: "CUANDO TE ALEJAS".


   No voy a retenerte. Ya me dijiste el motivo para marcharte. El motivo. Uno solo frente a los muchos que en un papel anotaste para quedarte. ¡Cuán poderoso ha de ser para no vencerlo una coalición de adversarios! Me pides que hable. Y yo te pregunto cómo se le pone voz a un corazón roto. Cómo encadenar palabras que en mi garganta se clavan como lanzas. No puedo defenderme, porque no me culpaste. No puedo prometerte lo que no me pediste. Ni siquiera puedo odiarte. Porque no fue tu mente ni tu voluntad propia, fue tu corazón el que dejó de amarme.
   La felicidad no puede forzarse. Yo no puedo dártela, has de encontrarla en ti. Tú aún formas parte de la mía propia; pero yo…, yo ya salí.
   Es fuerte el dolor que siento cuando te alejas. Me raja. Me destripa y me hace vomitar recuerdos de una sola vida, la tuya y la mía. Y me ahogo entre ellos sin saber qué hacer, si guardarlos alimentando un pasado que terminará matándome o tirarlos, renunciando a mí y a lo que contigo fui.
    Jamás dejaré de amarte, en el corazón me quedó tu huella. 
    En el tuyo dejé de existir.
    Ahora… está ella.

© Pilar Muñoz - 2016 

MICRORRELATO: "NO DEJARÉ QUE TE RINDAS".


 Te presto mi aliento si lo necesitas, si pereció el tuyo luchando en la vida. Pero no la fuerza. La fuerza me la reservo para tirar de ti hacia arriba cuando flaqueen tus piernas y al pozo caigas. No dejaré que te rindas. 
Porque abajo, en la oscuridad, no lucen las sonrisas.

© Pilar Muñoz - 2016



12 abr 2016

MICRORRELATO: "LLORA".



   Llora. No te avergüences. Te ves hermoso cuando tus sentimientos resbalan por tus mejillas; cuando las emociones vidrian tus ojos, licuándolos mientras me miras… Los corazones fríos se encogen; el tuyo, cálido, se dilata hasta hacerse grande y deja escapar suspiros de agua para no estallar… No quiero príncipes de cuento. Quiero uno al que también yo pueda acunar. Quiero cobijarte en mi pecho cuando solloces y acariciarte el pelo… Suspirar contigo… Regalarte palabras bonitas para que tu sonrisa se beba tus lágrimas…, si es que mis labios no las frenaron nada más nacer. Quiero compartir tus secretos, tus penas y tus alegrías, empapándonos el rostro bajo una misma lluvia de un mismo color…
   Llora. Porque el brillo de tus pupilas me enamora al confesarme que es una mezcla de sal… y de pura sensibilidad.

© Pilar Muñoz - 2016


11 abr 2016

CUANDO ESCRIBIR SE CONVIERTE EN UNA NECESIDAD.

   Escribir me emociona. Es como abrir una ventana al exterior, en tu propio cuerpo, para expresar y dejar escapar esas porciones de vidas ajenas creadas de manera ficticia, con todo un cúmulo de sentimientos envolviendo cada escena, con un mensaje subliminal que transmitir y, tal vez, con la inquietud personal de abrir los ojos o reorientar la perspectiva visual, con respecto a algún tema, de aquel que te leerá. Entrar en la mente de los personajes, pensar como ellos, sentir como ellos, vivir como ellos para poder darles voz crea adicción. Hasta el punto de que aquello que comenzó como una mera afición, termina por convertirse en una necesidad. La que siento ahora.

   Pero si las emociones crecen, si esa dependencia hacia la escritura crece, también lo hacen los miedos. Bonita inocencia la que nos acompaña al inicio del camino. Bonita ignorancia que nos permite dar pasos hacia adelante sin temor, sin el miedo de quienes ya conocen lo que les acecha al avanzar. Porque siendo "niños" no ha lugar a pensar en los sinsabores, en los desengaños, en las promesas incumplidas, en la impotencia de tener que sortear obstáculos ajenos a la verdadera razón de ser de lo literario, en los intereses, en las envidias, en las injusticias... Partimos con el raciocinio y la plena conciencia de que serán nuestras limitaciones propias, nuestro proceso de aprendizaje, nuestra propia inspiración, nuestro saber hacer, nuestra capacidad de trabajo, nuestra constancia, nuestro empeño por perfeccionarnos, nuestros conocimientos literarios o narrativos los que nos marcarán el camino y el ritmo de nuestro avance, ignorando la primacía real de todo lo demás. Lo cual termina manchando el disfrute y el placer por contar historias si no eres capaz de tomar distancia de vez en cuando para volver al origen, para volver a ser consciente de que por mucho que guste vender (que te lean), escribir sigue siendo la parte más placentera de todo el proceso.

   Nunca me cansaré de decir que la publicación de mis relatos la viví como una experiencia sublime que muy probablemente no se repetirá; mi mente era una tábula rasa, ajena a los entresijos del mundillo literario. Tras ellos vino "Los colores de una vida gris", mi primera novela, autoeditada, mi prueba de fuego, la obra más compleja de las tres escritas hasta el momento. Con ella viví la experiencia de Amazon y el ser dueña y señora de todas las decisiones que acompañaron a su nacimiento, puesta de largo y difusión pública. Y por último, "¿A qué llamas tú amor?", una obra menos compleja a nivel estructural, pero complicada y profunda en cuanto al fondo y, probablemente, la mejor escrita de las tres. Con ella he podido conocer más de cerca los aspectos de la edición convencional, aquella en la que se le ceden los derechos a una editorial para que la difunda, la distribuya y la venda.

   Mi vida "literaria" comenzó en marzo de 2011. Tan solo han pasado cinco años, que a mí me parecen diez por su intensidad, por sus vivencias, pero sobre todo, por la experiencia, por los conocimientos y por todas las sensaciones recogidas e impresas dentro de mí a lo largo de ese tiempo. Y ahora, tras más de un año sin poder abordar proyecto alguno, he comenzado a poner las primeras piedras del siguiente, pero con un sentimiento muy distinto: el de satisfacer mi propia urgencia y mi propia necesidad de escribir, acompañadas por el desencanto ante la idea de publicar. 

   Las malas lenguas dicen que habla así -y que siente así- quien no ha podido alcanzar el éxito por falta de capacitación :)   

   No lo voy a discutir. El tiempo o, quién sabe qué, me lo dirá.

   Ahora quiero disfrutar.







7 abr 2016

MICRORRELATO: "EN SUEÑOS".

   He estado buscándote en sueños mientras tú buscabas refugio en los sueños de otra. No huías de mí, no me habías visto. Pero podías sentirme, lo sé. Intuías mi aroma… Y apreciabas en tu piel deslizarse mis suspiros al pasar cerca de ti, como una brisa embriagadora que te nublaba el sentido. No sabes quién soy. Ni siquiera mi nombre. Pero eso no importa cuando las emociones ruedan, cuando nos arrollan y nos descerebran…
   Me aproximo a tu espalda. Ágil. Etérea. Mantengo silencio pero nuestras pieles hablan, claman a voces por sus poros dilatados, amparadas por la desnudez de los sueños que se asemeja a la nuestra permitiéndonos ser libres, sin vestiduras, sin identidad, sin leyes ni normas impuestas contra natura…
   Te agitas, te estremeces cuando mis dedos te tocan. Sonrío. Y entre ellos te tomo preso para llevarte en volandas hasta mis confines, lejos de ella, lejos de todos. Te giras y me miras por primera vez. Mis ojos negros conjuran como hechiceros mientras mis labios te rozan, en un juego de seducción que te atrapa y te excita, que invita a tus pupilas a recorrerme rendidas, impacientes, gritándome agitadas lo que he de hacer…
   Dime… Dime dónde posarás mis manos... Dime adónde arrastrarás mi boca... Dime en dónde cobijarás mi aliento, mis besos… En qué punto de tu cuerpo me permitirás dejarte marca...
   La tuya la llevo impresa. Mordiste mi corazón en el mismo instante en que te conocí al soñar. Y ahí te sentenciaste. Gozarás como jamás gozaste, sentirás como jamás sentiste… Pero ya no volverás. 
© Pilar Muñoz - 2016

Lecturas 2018.

Estamos en GOODREADS

Estamos en GOODREADS
Pincha en la imagen.

Blog Archive

Audio relatos

Con la tecnología de Blogger.

Blogroll

Seguidores