1 feb 2015

"UN AMOR PARA REBECA" de MAYTE F. UCEDA

 

SINOPSIS:

Rebeca está a punto de casarse cuando emprende un viaje con sus amigas al corazón de Escocia. En medio de un paisaje de subyugante belleza comienza a dudar que Mario, su prometido, sea el amor de su vida. Pero ¿cómo saberlo?, ¿cómo darse cuenta de que estamos haciendo la elección correcta? Cuando conoce a Kenzie MacLeod, un joven con el aspecto de haber vivido mil vidas del tamaño de la suya, Rebeca encuentra todas las respuestas.
Tres amigas; tres formas diferentes de entender el amor. 



 

   Estoy plenamente convencida de que la complejidad del amor no permite recetas, no admite hacerse con un manual de instrucciones que nos facilite manejarlo con soltura, ni siquiera que nos aventure cuál será su funcionamiento y sus efectos sobre nosotros. La posibilidad de control de un sentimiento, de una emoción tan fuerte -y tan particular a la vez- como puede suscitarnos el amor es ilusoria, entre otras cosas porque ni siquiera sabemos cómo se manifiesta, ni siquiera somos capaces de reconocerlo -al verdadero amor- hasta que llega aquel "que te corta el aliento y te deja sin respiración, el que te hace pensar que morirás si no estás con esa persona", tal y como dice Enric (el hermano de Rebeca) en la propia novela. Pero..., ¿y hasta ese momento...? ¿Cómo saber si lo que estamos sintiendo hacia la persona a la que nos hemos unido es amor? ¿Cómo saber si será duradero o fugaz, si se hará estable y profundo o será tan solo el fruto de un embelesamiento pasajero que terminará pereciendo y sumergiéndonos en el hastío, en la rutina o en el vacío? ¿Cómo saber si debemos seguir esperando aun a riesgo de no encontrar aquello a lo que aspiramos, si merece la pena renunciar a lo que tenemos por algo que no sabemos si llegará a funcionar, o si será tan intenso como prevemos?

   Vivir es un riesgo y el amor lo incrementa, nos hace balancearnos en esa cuerda floja del no saber, jugar en un tablero en que se conjugan nuestras ilusiones, nuestro carácter, nuestros sentimientos incontrolables, nuestra tendencia a enamorarnos con mayor o menor facilidad, nuestras aspiraciones, la educación y la moral que nos ha sido dada inculcada y las costumbres que nos han sido impuestas y que es pobable que nos condicionen bastante más de lo deseable en el momento de tomar decisiones, de elegir cómo vivir nuestra vida y con quien. Porque tales decisiones y las consecuencias de las mismas no sólo nos afectan a nosotros, también lo hacen con quienes nos rodean, y esto puede convertirse en el motor que nos empuje hacia un camino de felicidad o que nos lastre y termine por encarcelarnos en la cruda realidad o en el mundo de los sueños en el que nos empeñamos en vivir. 

   Todas estas preguntas, todas estas cuestiones las he barajado alguna vez, y las he encontrado sumergidas a lo largo de las páginas de Un amor para Rebeca, entremezcladas en la trama preciosa que Mayte F. Uceda ha trazado. Y pueden deducirse de cuanto acontece, de las reflexiones de sus personajes, de sus conversaciones y de sus actitudes; personajes, he de decirlo, perfectamente perfilados, creíbles al máximo, casi tangibles a nivel físico y con una profundidad emocional que los hace coherentes a lo largo de toda la historia y que a nosotros nos permite forjarnos una idea de su carácter. Para mí: adorable y encantador Kenzie, fiel a sus principios; odioso Mario, frío y autómata; y sentimientos encontrados hacia Rebeca, la protagonista, sensible y comprensible a ratos, y en otros, despertando mis ganas de zarandearla por su débil temperamento cuando más necesitaba hacerse valer, aunque claro, ni su edad es la mía (y puede que la experiencia explique nuestra perspectiva distinta ante ciertas cosas), ni tampoco lo son su educación y sus costumbres con respecto a las que yo tengo. De cualquier forma, y con independencia del grado de empatía que yo haya podido sentir hacia ella (en el fondo me simpatiza y le he cogido cariño, no creáis que no) despertar en mí ese cúmulo de sentimientos al ver lo hacía, lo que pensaba o su forma de actuar..., querer abrazarla, animarla, reñirle o zarandearla como si fuera una amiga y no un personaje de ficción revela el acierto con que la autora ha sabido dar vida al personaje, dotándola de realismo y de humanidad, lo cual me parece digno de alabar.

   Si tengo que ponerle algún "pero" a la novela (y esta es una opinión que considero subjetiva), tal vez sea en relación al ritmo de la narración, al discurrir de la historia. El principio me pareció bien, me enganchó desde las primeras páginas, pero llegó un momento en que la novela se me hizo un poco lenta, quizás porque Mayte F. Uceda se recrea en las descripciones históricas y en los entornos preciosos de Escocia en demasía (cosa que admito que puede suponer un disfrute para otros). A pesar de reconocer que la ambientación -temporal y espacial- es muy buena (te surmeje completamente en el entorno escocés, lo percibes), bajo mi punto de vista transcurre demasiado tiempo, demasiadas páginas sin que la novela cobre vida en cuanto a sucesos significativos que despierten realmente el interés del lector. No obstante, su narrativa ágil y cuidada (que va ganando en belleza conforme avanza la novela) mantienen el interés por seguir leyendo sin pesadez y sin que resulte tediosa en absoluto. En el último tercio, sin embargo, el giro que la historia experimenta despertó muchísimo mi interés por conocer lo que sucedería después, con el añadido además de que en esta última parte, el aumento de reflexiones dejadas caer en torno al amor, a nuestras decisiones en relación con él, a la efectividad real de las consecuencias de tales decisiones o a nuestra forma de comportarnos y de actuar en pareja enriquecen la novela al aportarle una profundidad psicológica que hasta el momento no tenía y que ha hecho que a mí termine por conquistarme, sin contar, por supuesto, con la belleza de las escenas y el romanticismo que la autora despliega al llegar al final.

   Renunciar a encontrar a alquien mejor que a quien tenemos puede privarnos de esa dulce borrachera de amor que nos inundará de emociones dignas de ser vividas.
   Renunciar a quien tenemos por buscar al hombre o a la mujer de nuestros sueños puede conducirnos a la soledad propia de los utópicos, de los idealistas, de los irracionales.
   Abandonar un amor en pleno apogeo, en plena cúspide emocional, lo idolatra y no nos permite borrar su huella de nuestra mente jamás, para bien o para mal. 
   El dolor de un amor pleno pero fallido puede inducirnos a una muerte lenta, a una muerte anímica que no nos permita seguir viviendo la vida en paz. 
  Tomar decisiones atendiendo a nuestra propia felicidad puede herir los sentimientos ajenos. 
   Tomar decisiones atendiendo a los demás puede terminar destrozándonos a nosotros mismos, ahogados en la tristeza y, puede que incluso, en la impotencia. 

   ¿Qué camino tomará Rebeca? ¿Qué decisiones adoptará? 
   Descubridlo vosotr@s, merece la pena.


(Opinión válida para el Reto Semi Genérico y para el Mes temático del amor de "Libros que hay que leer").








4 comentarios:

  1. Pues no me hubiera fijado en este libro, pero tras leerte, me has dejado con mucha curiosidad.
    Besotes!!!

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    1. Es una historia muy bonita, Margari y bien escrita, te puede gustar :)
      Besitos, guapa!!

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  2. Has hecho un análisis profundo de la novela, Pilar, y lo haces de tal forma que la reseña en sí es un vivo homenaje al amor que merece ser leído. Me ha encantado cómo has descrito esas sensaciones que se desprenden de la historia. ¿Quién no ha tenido dudas en el amor? ¿Quién no se ha planteado alguna vez si su elección ha sido la correcta? ¿Qué habría pasado si...?
    Es cierto que nos gustan los personajes fuertes que son capaces de enfrentarse a todo y a todos por perseguir sus sueños, pero hay tantas historias reales de amores perdidos por miedo, por indecisión, por el qué dirán... Rebeca no posee esa fuerza interior para luchar, pero va haciéndose más fuerte con los años, el sufrimiento ha ido forjando su identidad hasta que se convierte en dueña de su destino.
    En fin, muchísimas gracias por estas magníficas reflexiones, ni siquiera yo podría haberlo explicado mejor. Un beso.

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    1. Pues fíjate, Mayte, que yo nunca he sido una amante de los personajes fuertes capaces de enfrentarse a todo y a todos, porque, al igual que tú, considero que no son tan reales como aquellos otros (Rebeca, por ejemplo) que tienen sus miedos, sus dudas y sus defectos, y que luchan por mejorarse a sí mismos y por evolucionar (cosa que no he dicho en la reseña y que también consigues, que el personaje no sea plano en absoluto). A mí son estos los que de verdad me atraen, porque los veo humanos, no ficticios ni idealizados, y por eso yo he dibujado así más de una vez a mis personajes aun a riesgo de que los lectores no empaticen con ellos. Rebeca me ha hecho reaccionar y si en algún momento la he reprendido por una actitud que yo no compartía, ha sido precisamente porque quería que le salieran las cosas bien, y eso es porque la he sentido muy real, lo cual me parece un gran logro por tu parte como escritora.
      En cuanto al amor... es tan complejo que podría estar reflexionándose en torno a él eternamente, y un buen número de esas reflexiones salen a la palestra a menos que te metas un poquito en profundizar en la historia, sobre todo, como he dicho, en esa última parte de la novela.
      Felicidades, Mayte, me ha gustado mucho!!
      Un beso.

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