28 ene 2015

LAS LAMENTACIONES DEL ESCRITOR.

   Ayer, en la web de Javier Pellicer, leí una entrevista a Laura Falcó, escritora y editora, directora de los sellos Libros Cúpula, Luciérnaga, Planeta Gifts y del Conference Office en el Grupo Planeta, y la lei atendiendo a un aspecto que todos sabemos que es crucial a la hora de retener audiencia y hacer que esta se sumerja entre sus letras: el título. “Ser editor implica publicar lo que quiere el público”. En cierto modo, yo ya lo sabía, ya era muy consciente (y siempre lo afirmé con total tranquilidad) que las editoriales son entidades con ánimo de lucro, incluso me permití hacer uso de esa empatía que siempre me acompaña para ponerme en su lugar (en el de un editor) y poder llegar a la conclusión de que detrás de su trabajo y de la empresa en la que se integra hay bocas que alimentar, impuestos que pagar y deudas personales que saldar, tal y como ocurre en la mayor parte de las familias del común de los mortales, y eso implica realizar inversiones rentables. Y siempre añadí además que la cultura jamás debería dejarse por entero en manos privadas, porque al igual que la sanidad o la educación no deja de ser un bien de interés común, fundamental para el desarrollo intelectual de un país que no podrá avanzar desde la ignorancia de quienes lo sostienen, que no somos otros que los españolitos de a pie, presentes y futuros. Pero bueno, leer esa afirmación directamente de boca de esta editora me sorprendió, y no sé por qué, quizás porque a esta declaración se unió en mi mente la que hizo Esther Escoriza (editora del sello Esencia - Grupo Planeta) en otras declaraciones relacionadas con las publicaciones actuales encuadradas en el género romántico-erótico, afirmando que al tratarse de literatura de género estas novelas no tenían por qué tener necesariamente calidad literaria, sino incluir una buena historia con un final feliz, que, según parece, es lo que demandan l@s lector@s de este género por encima de cualquier otra cosa.

   ¿Y por qué traigo todo esto a colación hoy? Pues sencillamente porque considero que hay escritores que necesitan (o necesitamos, si es que yo lo soy)reajustar su mente y reordenar los elementos puestos en juego sobre la mesa para saber dónde están, hacia dónde quieren ir y qué probabilidad tienen de alcanzar aquello que se proponen. En definitiva, ser conscientes de sus expectativas, analizadas dentro del conjunto del mundillo editorial y no solo a nivel personal, con el fin prioritario de manejar sus emociones y controlar su grado de felicidad o de frustración partiendo ya desde el principio de una postura realista y sensata, no del sueño a veces utópico que pretendemos hacer realidad en contra de los elementos.

   Parto del hecho de que el escritor (o escritora) del que hablo sabe escribir, domina el arte de la escritura mínimamente bien como para merecer ser leído sin que le tiren la novela a la cabeza. Pero no todo se reduce a eso, hay que ser consciente de lo que se escribe, del tipo de historia que se cuenta, cómo se cuenta y a qué público potencial puede ir dirigida. Y aquí nos encontramos con un dilema: que aquello que al escritor le hace sentirse realizado como tal coincida con los gustos comerciales y demandas del público en general y, por tanto, de los editores -aunque literariamente sea mediocre-, en cuyo caso estará de suerte, o, por el contrario, que sus pretensiones personales no comulguen con todo esto. ¿Cuántas veces habremos oído decir que la novela es buena pero no vende?; ¿que está muy bien escrita pero que no es lo suficientemente comercial como para que sea rentable publicarla?; ¿que el tema que trata no es del interés general? ¿Cuántas veces nos habremos rebelado porque hay novelas de escritores con una pluma impecable guardadas en los cajones, luchando por una oportunidad sin conseguirla, cuando acabamos de leer algo infumable (literariamente hablando) publicado y promocionado a bombo y platillo por una editorial fuerte?

   Las emociones se disparan de manera incontrolable, los anhelos se desmoronan ante la frustración y la desesperanza, ante la imposibilidad de modificar un sistema que difícilmente podrá cambiarse desde la posición de David; Goliath (en este caso y momento) es demasiado fuerte, demasiado poderoso. No queda más remedio que canalizarlas, racionalizarlas y pensar con sensatez para después decidir y secundar a pies juntillas tal decisión; es de idiotas autoflagelarse a diario, seguir coleccionando contusiones en la cabeza por intentar derribar un muro demasiado grueso, lamentarse desde el momento de levantarse hasta la hora de acostarse por no reunir el perfil exitoso (según los cánones establecidos) que te lanzaría al estrellato de forma inmediata, arremeter con improperios y lo que se tercie contra quienes han tenido más suerte que tú aunque consideres que no la merecen, o seguir jugando al todo o nada, es decir, a seguir caminando si de verdad sientes que llegarás a la cima o abandonado sin contemplaciones al ser consciente de que en muchos momentos te encontrarás solo ante el peligro en tu papel de escritor, con apenas un lugar semivisible donde apostarte y sin oportunidades de que te respalden quienes únicamente pueden hacerte destacar a lo grande.

   ¿Deseas convertirte en un buen escritor o simplemente tener éxito? ¿Deseas obtener el reconocimiento de una minoría por tu literatura de calidad o de una mayoría por tu literatura comercial? ¿Deseas seguir siendo fiel a ti mismo escribiendo en torno a aquello que te interesa, que te preocupa, de lo que consideras que merece la pena hablar, o prefieres centrarte en las demandas ajenas y en las modas literarias para conseguir visibilidad? ¿Escribes por necesidad personal, porque las letras te corren por las venas como la sangre y no puedes pasar sin ellas, o podrías prescindir fácil de todo eso para dedicarte a menesteres más fructíferos? En tus sueños más ambiciosos, ¿aspiras a formar parte de la historia de la literatura con tus letras y tu forma de escribir, o a ocupar las paginas de las revistas y de la prensa literaria actual por ser uno de los autores bestsellers del momento con el símbolo del euro pintado en los ojos? ¿Amas tanto a la literatura que te duelen los desaires que se le hacen cuando lees ciertas novelas (o si tú mismo escribes algo de mediocre calidad), o por el contrario te centras en la historia que se cuenta sin importarte el cómo?

   Ni que decir tengo que combinar ambas cosas es el ideal más absoluto: calidad literaria y bombazo comercial, éxito personal y público, satisfacción y orgullo por lo que se escribe reconocido además por quienes te leen. Pero seamos sinceros, coherentes y sensatos: eso solo está al alcance de unos cuantos. Tú, escritor, aspiras a ser uno de ellos; pero mientras lo consigues  habrás de contestar a todas esas preguntas y tomar conciencia de las consecuencias de tu elección para evitar desagravios emocionales constantes y continuos sobre ti mismo. Y una vez contestadas con total sinceridad, entra en el juego manejando unos elementos u otros en función de tus respuestas, no pretendas comerte la sopa con tenedor porque terminarás pasando hambre y cabreado por los siglos de los siglos amen.

20 ene 2015

FUEGO EN EL CUERPO.


   Hay palabras que bullen, frases que reverberan en el interior, que queman, que abrasan..., que necesitan ser liberadas porque destilan un sentimiento que ahoga, un sentimiento atiborrado de emociones que han de ser confiadas a cercanos y extraños porque gozan de una intensidad sublime; emociones dignas de compartirse, de buscar cómplices que las sientan, que se identifiquen con ellas o, tal vez, que las reconozcan por primera vez... Es difícil mantener silencio cuando hemos degustado con deleite el placer de expresarnos, de transmitir lo ficticio y lo real, de exponer nuevas vidas construidas y moldeadas a nuestro antojo, con el mimo y el mismo amor con que se esculpe el barro para crear una figura nacida de nuestras manos, de nuestro ser. Los manantiales no pueden ser sofocados cuando ya han encontrado el cauce por el que alcanzar el exterior; por mucho que cierres su boca... rebosan, se desbordan, y regarán la tierra de nadie si se les ignora.
 
   Asombra ser consciente de la fuerza con que las letras laten. Hay que dejar que palpiten antes de que el corazón estalle. Aunque sea a dosis pequeñas. Aunque solo una sea testigo de su baile, de su canto, de su luz divina... O de su poder.





19 ene 2015

MES TEMÁTICO DEL AMOR en el blog LIBROS QUE HAY QUE LEER

   El mes de febrero es el mes del amor, San Valentín se encarga de hacer honor a ello celebrando su onomástica el día 14, sacando a la palestra un sentimiento tan bonito como espinoso a veces, que aunque puede latir dentro de nosotros de continuo, merece un reconocimiento especial como tantas otras cosas dignas de celebrar. Sí..., vale..., ya lo sé, que cualquier día es bueno para celebrarlo, para confesar tu amor a la persona que amas, para tener un detalle hacia ella que selle esa emoción tan intensa..., ¡que el Día de los enamorados es un invento de El Corte Inglés! :) Pero hay quienes desean rendirle un homenaje especial de forma unánime en un momento concreto y no es cuestión de negárselo, ¿verdad?

   ¡¡Bueno, que me disperso!! Que el amor y la lectura se pueden conjugar a la perfección. Y como yo este año quiero seguir en contacto con las letras y preveo que tendrá que ser leídas, pues además de a mi Reto semi genérico, me he apuntado al Mes temático del amor organizado por Laky en su blog "Libros que hay que leer", y que consiste en leer y reseñar tantas novelas de amor como se pueda durante ese período de tiempo, pero nadie mejor que ella para explicároslo con detalle (pincha en el enlace).

   A mí no creo que me dé tiempo a leer y reseñar muchas, con suerte serán una o dos (porque mi propia novela -que ya la he leído- no creo que me dejen reseñarla, jaja). Pero me servirá de incentivo para seguir leyendo a buen ritmo y, además, para acercarme a otras historias de amor distintas a la que yo cuento, porque nunca está de más valorar otras perspectivas y otros enfoques en temas tan amplios y tan complejos como este.

  Espero que os animéis. Va a ser bonito, sin duda!!

  Aquí iré relacionando las que consiga leer. ¿Cuántos numeritos pongo?

  3?...









13 ene 2015

"UN MILLÓN DE GOTAS" de VÍCTOR DEL ÁRBOL

SINOPSIS:
Gonzalo Gil es un abogado metido en una vida que le resulta ajena, en una carrera malograda que trata de esquivar la constante manipulación de su omnipresente suegro, un personaje todopoderoso de sombra muy alargada. Pero algo va a sacudir esa monotonía. Tras años sin saber de ella, Gonzalo recibe la noticia de que su hermana Laura se ha suicidado en dramáticas circunstancias. Su muerte obliga a Gonzalo a tensar hasta límites insospechados el frágil hilo que sostiene el equilibrio de su vida como padre y esposo. Al involucrarse decididamente en la investigación de los pasos que han llevado a su hermana al suicidio, descubrirá que Laura es la sospechosa de haber torturado y asesinado a un mafioso ruso que tiempo atrás secuestró y mató a su hijo pequeño. Pero lo que parece una venganza es solo el principio de un tortuoso camino que va a arrastrar a Gonzalo a espacios inéditos de su propio pasado y del de su familia que tal vez hubiera preferido no afrontar. Tendrá que adentrarse de lleno en la fascinante historia de su padre, Elías Gil, el gran héroe de la resistencia contra el fascismo, el joven ingeniero asturiano que viajó a la URSS comprometido con los ideales de la revolución, que fue delatado, detenido y confinado en la pavorosa isla de Názino, y que se convirtió en personaje clave, admirado y temido, de los años más oscuros de nuestro país. Una gran historia de ideales traicionados, de vidas zarandeadas por un destino implacable, una visceral y profunda historia de amor perdurable y de venganza postergada; un intenso thriller literario que recorre sin dar respiro la historia europea.



   Son muchas las sensaciones que una novela puede dejarme al terminar de leerla, incluso a lo largo de su lectura, positivas o no tan positivas (si son negativas, no doy ocasión a verle el fin). Algunas de ellas me dejan un tanto indiferente, con el regusto a simple entretenimiento, sin mucho más; en otras, sin embargo, el buen sabor de boca que me queda tras cerrar sus tapas me lleva habitualmente a catalogarlas de dos formas: como "una buena novela" o como "un novelón". En el primer caso, la obra puede haberme encantado, decir de ella que es preciosa, incluso que me ha tocado el alma. Pero el termino "novelón" siempre llena mi boca cuando no solo el fondo y la forma es magistral, sino cuando además deduzco el enorme trabajo que la novela lleva inmerso entre sus letras, cuando me cuesta adivinar el extenso número de horas que el escritor ha podido invertir en la documentación previa que le permita recrear la ambientación y manejar los datos de la historia con la maestría con la que lo hace, cuando deduzco que una simple frase insertada en un párrafo descriptivo -con la ligereza de quien todo lo sabe- puede llevar implícitas, sin embargo, horas y horas de investigación. Un millón de gotas es un novelón, lo mires por donde lo mires. Y Víctor del Árbol no es solo el autor de esta novela, es un consumado ESCRITOR, así, con mayúsculas, porque no todos los autores de novela son escritores, por mucho que ellos se empeñen en autodenominarse así; escribir es un arte y un oficio, y yo soy de la opinión de que no todos llegan a dominarlo como para ostentar ese calificativo.

   En Un millón de gotas se dan cita dos historias contadas de forma paralela en dos hilos temporales diferentes -interesantes por igual- que terminan confluyendo en una sola, porque en realidad conforman una sola historia. Constituyen el pasado y el presente de los personajes que circulan por ella, la causa y el efecto de cuanto acontece: la época de la Rusia stalinista, de la España franquista, las guerras y el cariz duro y sangrante de la barbarie desplegada sobre ciudadanos inocentes a manos de quienes ostentan el poder -en unos casos- o de quienes han de integrarse por obligación en la maraña bélica acatando órdenes para sobrevivir, poniendo a prueba la propia naturaleza humana que termina por ser moldeada contra la voluntad a costa de situaciones límite, recreadas y ambientadas magistralmente por el autor; y por otro, la búsqueda de la verdad por parte de quienes crecieron con ideales falsos, rodeados de mentiras que resulta peligroso descubrir, amores que no lo fueron, odios ocultos y alimentados por autodefensa, ideales capaces de ser vendidos por interés propio o ajeno, lides entre el bien y el mal, separados por una delgada línea y sin la certeza de saber con seguridad donde acaba uno y comienza el otro... 
   A lo largo de las hojas que soportan la historia, el autor juega con la intriga de forma estudiada, va desgranando detalles de una trama compleja perfectamente hilvanada y entretejida haciendo que mantengamos de principio a fin ese afán de hilar los acontecimientos que nos permitan formar el puzzle completo, darle explicación, y lo hace a lo largo de ambas historias, permitiendo incluso que el lector disponga a veces de una información de la que los propios personajes carecen, haciéndonos contrastar la verdad con lo que ellos creen. Un planteamiento y un desarrollo muy hábil y muy inteligente por parte del autor.

   Un millón de gotas es una novela que no puede leerse en cualquier momento. Requiere implicación y atención, por la cantidad de personajes que circulan por la historia y por la cantidad de detalles que Víctor del Árbol deja caer a lo largo de la trama como si fueran ese millón de gotas que ostenta su título y que deberán formar una lluvia completa y coherente que nos haga entender lo que ocurrió. Y porque cuesta asimilar la crudeza con la que, a través de unos personajes profundos y bien definidos, muestra el alma humana, en la que hurga para desnudarla y hacer que la contemplemos cuando circunstancias extremas pueden sacar a la palestra lo peor de nosotros, de nuestra naturaleza, de nuestra esencia primitiva e irracional desatada por el instinto de supervivencia. 

   Recrear una historia compleja como la que encarna Un millón de gotas es complicado, denota un gran trabajo, esfuerzo y habilidad. Contarla de la forma además en que lo hace Víctor del Árbol es cuestión de talento, de mucho talento, no solo por su estructura, sino también por la calidad de su narrativa, de la que me declaro admiradora fiel.

   Fondo y forma. El autor aúna ambas cosas en esta novela y supera la prueba con sobresaliente. Creo que no tengo que decir que tiene en mí a una lectora en potencia de sus demás obras, a las que espero hincarle el diente no muy tarde.


3 ene 2015

RETO "SEMI" GENÉRICO 2015: A LEER SE HA DICHO.

   No hay nada como sentirse acompañada a la hora de afrontar un reto, animarse mutuamente para conseguir ciertos logros que, aunque no dejan de ser un placer por sí mismos, a veces cuesta superar por el resto de obligaciones y avatares de la vida personal, profesional o familiar, que exigen gran parte de nuestro tiempo y dedicación.
   El reto de leer más es parte de lo que yo me he autoimpuesto este año. Y para conseguirlo me planteé la posibilidad de apuntarme a alguno de los retos que circulan por la blogosfera, con el objetivo claro de que me sirviera de incentivo o motivación para conseguirlo. Después de echar un vistazo a las propuestas que había por la red, descubrí que el que más me gustaba era el "Reto Genérico" convocado por Laky en su blog "Libros que hay que leer". ¡¡Pero había un problema, Houston!! Y es que cuarenta libros me parecía una meta un tanto inaccesible para mi escaso tiempo libre (considerando que he de compartirlo con otras muchas actividades alternativas casi obligadas), por lo que me dije que no estaría mal hacer la mitad del reto. Dos compañeras de letras, en una situación muy similar a la mía, quisieron compartir la idea de secundar lo que he tenido a bien llamar RETO "SEMI" GENÉRICO 2015, -con el benéplacito de Laky por el cuasi plagio del original, jeje-, y que consiste en leer un libro de cada uno de los géneros planteados a continuación a excepción del último, del que deberemos leer tres.
   El plazo para conseguirlo es un año entero, desde este preciso instante hasta el 31 de diciembre de 2015, y de cada uno de los libros leídos deberemos hacer una pequeña reseña o comentario en el blog propio de cada cual; no es necesario que sea una crítica o reseña extensa o técnica, bastará con la opinión personal que nos ha merecido o las sensaciones que nos haya podido suscitar, sin ningún ánimo de que las mismas deban servir de recomendación o no a terceras personas para su lectura.

   María José Moreno y Mayte Esteban (escritoras ellas) me acompañan, y será bienvenido todo aquel que desee apuntarse con nosotras, para lo cual, bastará con que deje un comentario en esta misma entrada. Para los más valientes, ávidos de beberse los libros, que prefieran apuntar alto y secundar el "Genérico" de Laky, más arriba está el enlace a su entrada. 


   Aquí os dejo las categorías. Y ya sabéis, 1 libro por cada una y 3 para la última, un total de 20 libros.

   ¿Lo conseguiremos? 
   Besos y suerte!

GÉNEROS: 
1. Novela negra/policíaca.
2. Thrillers o suspense.

3. Histórico. Ambientada en una época que no sea la actual.
4. Guerrero. Ambientada en las Guerras Mundiales, Guerra Civil española o postguerra.
5. Humor. No vale leer los comics de Zipi y Zape o Mortadelo y Filemón; alguna novela en la que las risas estén más o menos garantizadas (según la intención del autor/a, claro)
6. Romántico/amoroso. Que contengan una historia de amor, no es necesario que esté pintada de rosa.
7. Infantil. Por género o porque esté protagonizada por un niño.
8. Juvenil. Por género o porque esté protagonizada por un joven o adolescente. 
9. Familiares. Ya sean sagas familiares (la vida de varias generaciones de una misma familia) o familiares a secas (una novela sobre una familia)
10. Terror.
11. Landscape (esas novelas que se han puesto tan de moda últimamente tipo "En el país de la nube blanca)
12. Exóticos. Entiendo como tales los que están situados en un país lejano, exótico (China, India, etc...)
13. Libro de relatos.
14. Libro sobre libros
 (metaliteratura)
15. Obra de teatro, poesía o ensayo.
16. Narrativa contemporánea.
Cajón de sastre donde entran todas esas novelas que no podemos asignar a un género concreto.
17. Clásicos. ¿Y qué es un clásico? Pues a estos efectos, nos guiaremos sólo por la fecha (que me perdonen los puristas): consideramos clásico a cualquier libro publicado antes del siglo XX; fecha tope 1899
18. 3 libros autoeditados/independientes: Libros que se han publicado en Amazon (Generación kindle) u otras plataformas (bubok, Tagus...) o bien, en papel, en editoriales de auto-edición o co-edición (como Círculo Rojo). 


   Para facilitároslo aún más, ofrecemos la posibilidad de usar un comodín, es decir, en aquel género que se os resista podéis incluir una novela de cualquier otro género para completar los veinte libros."


Aquí iré anotando mis lecturas, enlazadas al comentario publicado sobre ellas:
1. Novela negra/policíaca.
"Algún pecado raro" de Jesús Carnerero; "Los crímenes azules" de Enrique Laso.
 2. Thrillers o suspense: "Un millón de gotas" de Víctor del Árbol; "La caricia de Tánatos" de María José Moreno.
3. Histórico. "En tierra de fuego"de Mayelen Fouler;
4. Guerrero. "Golowin" de Jakob Wassermann.
5. Humor. "El hombre que olvidó a su mujer" de John O'Farrell; "Tinto de verano" de Elvira Lindo.
6. Romantico/amoroso: "El cuaderno de Paula" de Sara Ballarín; "Culpable" de Patricia Geller; "La chica de las fotos" de Mayte Esteban; "Descubriendo a Valentina" de Mara MacBel; "Treinta postales de distancia" de Sara Ventas.
7. Infantil.  "La novia de papá" de Paloma Bravo,  "Un hijo" de Alejandro Palomas.
8. Juvenil. "Brianda. El origen del medallón" de Mayte Esteban.
9. Familiares.
"Bajo los tilos" de María José Moreno (releída).
10. Terror.
11. Landscape.
12. Exóticos. "Promesas de arena" de Laura Garzón.
13. Libro de relatos.
14. Libro sobre libros. "Secretos del arenal" de Félix G. Modroño.
15. Obra de teatro, poesía o ensayo.
"Una madre" de Alejandro Palomas (Utilizo el comodín en esta categoría).
16. Narrativa contemporánea. "El nadador en el mar secreto" de William Kotzwinkle; "Marafariña" de Miriam Beizana Vigo; "Escalera de Damas" de Miren Palacios.
17. Clásicos.
18. 3 libros autoeditados/independientes: "Un amor para Rebeca" de Mayte F. Uceda, "Los muertos no aceptan preguntas" de Antonia Romero, "Amelia, café amargo" de Norah Coelho. 


 *Ya nos acompañan en este reto:
Margalida Ramón (Blog Libros, exposiciones y excursiones)


 

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