31 mar 2012

RESEÑA EN EL BLOG "CARMEN Y AMIG@S".

 
 Hay opiniones que me inspiran respeto y la de Carmen, administradora del blog Carmen y amig@s, es una de ellas. En el tiempo que llevo siguiendo su blog no sólo he podido apreciar la calidad de sus reseñas, también he podido deducir que existe una gran cultura literaria tras sus opiniones y comentarios, y no me refiero únicamente al hecho de estar al tanto de las novedades del mercado pasadas y presentes, sino a mucho más.
  Cuando me puse en contacto con ella para ofrecerle la posibilidad de leer mi libro, sabía a lo que me exponía, a una lectora exigente pero con un gran respeto a la hora de hacer su crítica, que yo considero constructiva en todos los casos. Eso fue lo que me animó, el reto de conocer su opinión personal en torno al libro -me atraen las causas difíciles- y el hecho de saber que aunque fuera negativa no me ofendería con sus palabras.
  No esperaba que lo hubiera leído tan rápido. Me advirtió que tenía mucha lectura pendiente y que debería esperar su turno correspondiente, cosa que asumí sin problema, jamás pretendo presionar a nadie para que lo lea y menos en un tiempo determinado, no me canso de repetir que prefieron mil veces que mi libro no se lea, antes que hacerlo en un momento equivocado para quien lo tiene entre sus manos. Por lo que su anuncio en facebook de que la reseña aparecería esa misma noche me sorprendió muchísimo y un algo extraño me recorrió el cuerpo, como siempre que veo el título y la imagen de portada en una entrada de un blog ajeno.
  Sus palabras me han llenado de satisfacción:   "...no tenía realmente intención de ponerme con él hasta bien entrado el mes de abril, por la lista de pendientes que tengo sobre el escritorio, pero me puse a leer uno de los relatos, el último (siempre empiezo los libros de relatos y los periódicos por la última página), y ya no quise parar."  Me hubiera bastado con esto, no necesitaba leer más para darme, como digo, por satisfecha. Si una lectora empedernida y con criterio, harta de leer libros no solo buenos, sino en muchos casos excepcionales, no ha podido resistirse a seguir leyendo hasta el final después de haberlo comenzado a modo de curiosidad, no puedo sino mostrarme emocionada por ello. Si además me dice que la lectura del mismo ha sido un verdadero placer, ya no puedo pedir más. 
  Muchísimas gracias, Carmen, por aceptarlo, por dedicarle tu tiempo antes de tiempo y por esa reseña que invita de forma clara a su lectura. Todo un placer para mí.

  "Que me gustan mucho los relatos y las novelas cortas es un secreto a voces. Y cuando me topo con un libro de relatos bien escrito, con sensibilidad e interesantes cosas que contar la lectura se convierte en un verdadero placer." (leerla completa en su blog).

30 mar 2012

PREMIO MUTANTE: UN GUIÑO ENTRE BLOGS.

  No suelo utilizar el blog para estos menesteres, aunque a decir verdad, tampoco tengo a priori una línea preestablecida de lo que se supone que debo publicar en él, ni unos límites estrictos y marcados de lo que no debe aparecer. Lo voy valorando sobre la marcha y me dejo llevar un poco por lo que me dicta el instinto.
  Así pues, mi entrada hoy va de premios, y más concretamente, del Premio Mutante, que tuve la gran suerte de recibir ayer de mano de Sandra M., administradora del blog Reseñando que es gerundio, una mujer que, a juzgar por las impresiones que me han suscitado algunos comentarios  que hemos cruzado, me parece encantadora y entusiasta, y a la que tuve la suerte de remitirle este libro tras haberlo conseguido en el concurso organizado en este mismo blog hace apenas unas semanas.
  Tengo que decir que este premio me ha hecho mucha ilusión, porque me parece un guiño entre blogs, una bonita excusa para compartir un poquito de nosotros y para dedicarnos, mutuamente, ese aprecio que une lazos entre todos, y que invita a quien lo lee a adentrarse en aquellos otros rincones que tal vez no tenemos aún la suerte de conocer. Y hoy día, para compensar las bajezas que se cometen por otros lares, no está de más fomentar este tipo de iniciativas que impulsan el cariño y el respeto entre los miembros “blogueriles”, con perdón de la expresión.
  Quiero dar las gracias a Sandra M. por acordarse de mí, estas muestras de aprecio calan muy hondo en mi corazoncito.
  Sin más, contesto a las cinco preguntas formuladas por ella y a continuación, dejo las cinco nuevas cuestiones que yo trasladaré a otros tantos blogs junto al premio otorgado.

1.   Si pudieras ser la protagonista de una novela… ¿quién serías?
Pues mira, como se trata de una novela, voy a elegir a una mujer que tenga algo de lo que yo creo carecer, con ello añado una virtud a mi forma de ser para así mejorar la realidad. Me quedo con una muy cercana en el tiempo (de lectura, digo), Sara Quiroga, la protagonista de “El tiempo entre costuras”, porque creo que yo jamás tendría la valentía suficiente como para prestarme a ser una Mata Hari en mi vida real y eso me fascina.

2.    ¿Olor favorito?
Jazmín, pero el aroma de la flor natural, nada de sucedáneos químicos.

3.   ¿Con qué personaje histórico te tomarías un café?
Con Cleopatra.  Me encantaría conocer cuánto hay de verdad en el mito y en la divinidad que nos han presentado en la literatura y en la filmografía, y cuánto de humano y de debilidad hay en la mujer de carne y hueso.

4.  ¿Recuerdas la canción de Juan Luís Guerra "Ojalá que llueva café"? ¿Qué sabor querrías que tuviera la lluvia?
     Vainilla, pero la del helado. Iría todo el día mirando hacia arriba con la boca abierta.

 5.  ¿Cuál crees que es la mejor adaptación que se ha hecho en el cine de una novela? 
      Difícil de contestar. Si he leído el libro no suelo ver la película porque después de formarme mi propia imagen de los personajes, escenarios y demás, me siento incómoda cuando estos no coinciden con los de la película, me decepcionan, al margen de la cantidad de detalles que casi siempre se pierden. Y si he visto la película no suelo leer el libro, no hay cosa que peor lleve que conocer lo que va a ocurrir cuando estoy leyendo algo. Con lo cual, no tengo referentes claros para poder contestar. Podría, en todo caso, remontarme a muchos años atrás para mencionarte “La casa de los espíritus” de Isabel Allende. Según recuerdo, me gustaron las dos, la novela y la película. 


  Y ahora, dejo las cinco cuestiones que traspaso, junto al Premio Mutante, a estos otros cinco blogs (espero que no se lo hayan concedido ya): 
1.       Negro sobre blanco.
2.       La vieja encina.
3.       De todo un poco.
4.       Serendipia.


Preguntas:
1.       Un defecto personal reconocido.
2.       ¿Con qué personaje de novela te hubiera gustado tener un romance?
3.       ¿Cuál es la novela que más te hubiera gustado escribir?
4.       ¿Perdonarías una  (o varias) infidelidad por amor?
5.       Una frase o un dicho popular que esté muy presente en tu vida diaria.

    Un beso a todos.
     

29 mar 2012

EDITORIALES: MI EXPERIENCIA & LA DE LOS FAMOSOS.

  “¿Cómo ha sido tu experiencia con las editoriales (convencionales)?” 
  Ésta es la pregunta que me han formulado ya en varias ocasiones.
  Y ésta ha sido siempre mi respuesta: “No he tenido ninguna”. 
  No tenía intención alguna de publicar un libro cuando escribí el primer relato de esta recopilación, pero cuando esta andadura terminó desembocando –podría decir que de manera involuntaria- en la idea de sacar a la luz pública este conjunto de vivencias de ficción, la primera duda que asoló mi mente fue qué hacer con ese manuscrito desconocido hasta casi para mí.
  No suelo dar un paso en falso por dejadez, sólo por ignorancia inevitable, por lo que decidí consultar la mejor forma y manera de hacer llegar mi obra a diversas editoriales. Investigué, leí y releí montones de artículos publicados en la red en torno al tema y en los que se hacían las pertinentes recomendaciones sobre el procedimiento más idóneo para ello. Y me vi sorprendida, y no sabéis cuánto, al descubrir que lo último que debía remitir a una editorial era el propio manuscrito de la obra. Esto siempre se hacía al final, después de haber superado una fase previa en la deben remitirse otros muchos datos que entendí completamente lógicos, como son los datos personales, de contacto, una breve presentación del autor en su faceta de escritor, el título, una breve sinopsis argumental de la novela y una muestra de escritura de apenas uno o dos capítulos, quince páginas a lo sumo.  Hasta ahí todo bien, hasta que continué leyendo el resto de las recomendaciones, imprescindibles además para tener una aceptación inicial algo favorable. Entonces fue cuando me quedé a cuadros: información relevante sobre nosotros y sobre nuestra actividad literaria, premios, colaboraciones en periódicos, relatos publicados, entrevistas o el éxito de nuestro blog que registra más de 300 visitas diarias o cuenta, en pocos meses, con más de 600 seguidores; cualquier otra información adicional sobre nosotros que pudiera ser relevante a nivel social, aunque fuera el hecho de haber escalado el Everest y ser conocida por ello; una comparativa de nuestra obra con las tendencias del mercado afines a la nuestra y que, por supuesto, se encuentren en las listas de los libros más vendidos, y una vez hecho esto, explicar por qué nuestra obra, a pesar de esta afinidad, es diferente a las demás en grado suficiente como para despertar el interés; un informe de mercado que indique quiénes serán los compradores de nuestro libro, qué tipo de lector, edades y qué otros libros suelen ser leídos por ellos; qué podemos ofrecer para la promoción del libro, es decir, qué contactos tenemos en medios de comunicación, a qué organizaciones estamos vinculados o qué colectivos pueden ser potenciales compradores de nuestra obra; prensa, páginas literarias en Internet, blogs de prestigio, críticas o entrevistas de trabajos previos editados…  Y todo esto último que acabo de enumerar es considerado, además, como “información clave”.  Una vez superado este filtro, si la propuesta les resulta interesante, entonces se pondrán en contacto con nosotros para solicitarnos el envío de nuestra obra. Y entonces, y sólo entonces, la leerán y comprobarán si la misma tiene calidad literaria suficiente, en cuando a forma y fondo, como para merecer la publicación.
  No sé qué conclusión sacáis vosotros, pero la mía fue y sigue siendo muy clara. Las probabilidades de una venta exitosa están muy por encima de la calidad de lo que se publica. Visto todo esto, me sorprende que aún exista quien defienda, como se ha hecho de manera tajante, que los auto publicados recurrimos a esta vía cuando nuestras obras no tienen la calidad suficiente como para ser editadas de manera convencional, y en un afán de alimentar nuestro ego narcisista.
  Como podréis imaginar, cuando yo (y me consta que muchísimos como yo) decidí publicar mi obra, hice un balance rápido de la situación y estos fueron los elementos que tenía sobre la mesa:
1.       No había publicado ni editado anteriormente absolutamente nada de manera oficial ni oficiosa. Era autora novel, novelísima, diría yo.
2.       No tenía un blog ni ninguna otra publicación de éxito visitada masivamente a diario.
3.       No estaba relacionada con el mundo de la escritura ni con ninguna otra profesión afín a ella (periodista, profesora de lengua y literatura, historiadora…)
4.       No pertenecía a ningún colectivo que pudiera ser comprador potencial de mi libro.
5.       No había hecho nada en esta vida por la que llamar sustancialmente la atención pública (participar en Gran Hermano podría haberme servido, tal vez).
6.       El libro que tenía entre manos era una recopilación de relatos y los bestseller suelen ser novelas, de cualquier género, pero novelas.
  Si os digo que opté directamente por la auto publicación, descartando automáticamente enviar el manuscrito a cualquier editorial convencional, ¿me diréis que cometí un error?
  Un año después de haberlo sacado a la luz, las críticas y comentarios en torno a él no pueden ser más positivas, en cuanto a fondo, trama y temática, y en cuanto a la forma en que está escrito. Aún así, preveo que la única manera de que este libro siga llegando a los lectores será por mi empeño personal en ir llamando de puerta en puerta, recibiendo la inestimable ayuda de todos vosotros, difundiéndolo a base de presentaciones que para nada serán multitudinarias, llevándolo en mano a las librerías pequeñas o batallando bestialmente con las grandes para que lo puedan tener disponible quién sabe si por tres meses o por tres días.
  No me pesa. Estoy disfrutando de esta experiencia y no me resulta frustrante ni desalentador porque no pretendo dedicarme a la escritura de manera profesional ni hacer de esto mi medio de vida, y porque además, la independencia que me ofrece mi empresa personal también me permite escribir lo que quiero y como quiero, sin directrices ajenas que cumplir. Pero cuando pienso en aquellos de mis compañeros que sí sueñan con dedicarse a ello y ver sus libros en los escaparates y en las mesas de novedades, o apilados en torres visibles junto a la entrada de El Corte Inglés, no puede dejar de sentir una cierta desazón, impotencia o tal vez una sensación de injusticia cuando veo que personajes famosos como Ana Obregón, Arantxa Sánchez Vicario, Rafael Nadal, Risto Mejide o Ana Rosa Quintana, por citar sólo unos cuantos, tienen garantizado un hueco en las mejores editoriales sin luchar (o eso creo) ni la décima parte que mis amados compañeros que aún teniendo una pluma excelente y una desbordante imaginación se ven incapaces de alcanzar la vuelta de la esquina en muchos casos.
  No tengo nada personal en contra de quienes he citado, ni siquiera pretendo cuestionar si sus libros merecen o no la pena, en cualquier caso, de cuestionar a alguien debería de ser a aquellos que los compran, pero tampoco es mi intención, porque sin leerlos no me creo en el derecho de opinar. Tan sólo me da pena que el apodo de famoso prime mucho más que la buena literatura a la hora de publicar. Porque, ciertamente,  como muy bien dijo la poeta Juana Castro el día de mi presentación, estamos en la era del “todo vale” con tal de garantizar la venta masiva de un libro.


* Gran parte de la información relativa a las recomendaciones para buscar editorial ha sido extraída de la página web www.escritores.org y de los datos facilitados por la agencia literaria Guillermo Schavelzon & Asociados, S.L.

27 mar 2012

STOP AL PLAGIO!!

  Ayer publicaba en este espacio una entrada en la que valoraba la buena iniciativa del blog AventArte en pro de la difusión, no sólo de los autores noveles y de sus obras, sino además, de las reseñas que de ellas han hecho otros blogs literarios que también van a tener allí, a través del concurso convocado, la posibilidad de seguir dándose a conocer entre los lectores y seguidores de la blogosfera literaria. Todo un ejemplo de buen hacer y de respeto por lo ajeno.
  Como contrapunto, tal vez tratando de buscar un equilibrio que en este caso resulta patético además de odioso, otro blog se dedica a practicar justo lo contrario: a pisar el trabajo y el esfuerzo ajeno, y a burlarse de la buena fe de los autores que desean conseguir a duras penas la difusión de una obra que les ha costado tiempo y empeño escribir.
  Estamos cansados de que determinados parásitos se lucren o se beneficien, a nivel personal, a costa de los demás. Me parece, además de ilegal, una total y absoluta inmoralidad.
  No voy a ahondar más en esta cuestión porque todos sabemos de sobra de quien hablamos. Y sabremos muy rápidamente de quien se hablará en un futuro en el caso de que este tipo de acciones se sigan produciendo, porque tanto las buenas como las malas noticias corren como la pólvora por la red.
  Me sumo a un comentario de Offuscatio (Livros y más libros) en su propio blog. Por encima de todo, sigamos hablando de literatura, de la forma más honesta posible –añadiría yo-, porque ése es el verdadero fin para el que se ha creado este blog.

26 mar 2012

AMADRINADAS EN EL CONCURSO DEL BLOG AVENTARTE

¿Conocéis el blog AventArte?
  Yo he podido saber de él a raíz de una genial iniciativa en la que nos brindan, a los autores noveles,  la oportunidad de dar a conocer nuestra obra de la mano de un padrino o madrina que la haya reseñado y que, además de haberle gustado, considere que la misma no ha sido justamente reconocida ante la comunidad de lectores.
  En dicho caso, AventArte publicará la reseña enviada por el administrador o administradora del blog literario que además de reseñarla ha decidido convertirse en su padrino o madrina, participando en un concurso en el que será elegida, por votación popular, la mejor reseña de entre las cinco que mejor se adapten a las bases del concurso, elegidas por Anabel y Ana, responsables del blog AventArte.
  “Ellas También Viven” ha tenido el gran honor de ser amadrinado por Kayena  (Kayena: negro sobre blanco). Desde aquí, quiero manifestar públicamente mi alegría y mi agradecimiento, no sólo por la difusión que implica la participación en este concurso, sino por el significado que para mí lleva implícito el hecho de haber  sido elegido.
  Mil gracias, Kayena.  De corazón.


  (Ver reseña en AventArte)

22 mar 2012

RESEÑA EN EL BLOG "LIBROS, EXPOSICIONES, EXCURSIONES..."

  Hablamos de novela negra, de intriga, romántica, histórica, de sagas familiares... Pero cuando nos referimos a un libro de relatos que toca diversidad de temáticas, ¿cómo lo catalogamos? A falta de esa categoría que lo califique, tenderemos a forjarnos nuestra propia idea en base al título, a la portada o a la sinopsis. Y es muy fácil errar en el intento, y cuando se habla de mujeres aún más, por esa tendencia instintiva a pensar en feminismo radical, romanticismo excesivo o cursilerías varias.
  Dicen que el camino se demuestra andando y eso es tal vez lo que este libro necesita, acercarse a unos y a otros para demostrar que no es lo que en muchos casos parece. No es la primera vez que administradoras de blogs literarios dicen haberse visto gratamente sorprendidas por su contenido, que no es lo que a priori esperaban encontrar o que ha superado con creces sus expectativas, señal inequívoca de que se habían formado una imagen diferente a lo que después ha resultado ser. Aún así, no por ello pretendo ofrecerle el libro a todo el mundo. Entiendo que unos géneros gustan y otros no, que unas temáticas interesan y otras no, pero por encima de todo ello busco al lector ideal, que para mí no es otro que el que se enfrenta a la lectura de un libro con la mente abierta, sin ideas preconcebidas de lo que debe encontrar, sin análisis previos, como un buen gourmet, dispuesto a probar y saborear cualquier plato por si resultara ser un manjar digno de ser descubierto, aunque finalmente no lo sea. Busco a quien se deja llevar por lo que en él se cuenta dando rienda suelta a sus sentimientos y sensaciones, sin cortapisas. Porque un libro debe hacernos reaccionar, debe sacudirnos de alguna manera, evitar dejarnos indiferentes cuando cerramos la contraportada del mismo.
  Margaramon, administradora del blog Libros, exposiciones, excursiones..., dice que le ofrecí el libro sí o sí, pero es que sus reseñas y su forma de hablar de los libros ya indicaban esas cualidades lectoras que tanto aprecio, una sensibilidad a flor de piel que fluye sin obstáculo alguno, su tendencia a implicarse de lleno en cada historia que se le cuenta, su gusto por explorar nuevos matices, nuevos géneros. No obstante, ha sido ella la que ha superado con creces mis expectativas al hablar del libro. Siempre digo que hay reseñas literarias formalmente correctas y reseñas literarias que manan directamente del corazón. En ésta se han entremezclado ambas cosas para tocar el mío de lleno por lo que del libro se dice, por el entusiasmo con que se habla de él, por el esmero en sacar a la luz hasta la sensación más profunda sentida al leerlo y por lo que yo he podido percibir entre líneas, que a veces es lo más profundo, emotivo y sincero de todo.
  Gracias, Margaramon, por dedicarme esta crítica, por hacerla extensiva a los que te siguen y a quienes te leen y gracias por ratificarla con tus comentarios efusivos y entusiastas con que eres capaz de contagiar el interés por tenerlo entre las manos.

  Es difícil extraer sólo una parte de la reseña. Voy a intentarlo, pero preferiría que la leyerais completa visitando su blog: Libros, exposiciones, excursiones...

"Todos los relatos tienen una trama totalmente diferente y lo más sorprendente es que los finales son totalmente imprevisibles y te dejan con la boca abierta. No son unas simples historias que las lees y ya está, son mucho más complejas y es que todas tienen un mensaje que te hace reflexionar sobre el tema tratado. Y están escritos de una forma muy cuidada sin olvidar ningún detalle para que todo encaje a la perfección."

"Tengo que reconocer que al acabar el libro he sentido un gran vacío y es que me hubiese encantado seguir leyendo muchas más historias."

21 mar 2012

¡¡LLEGAMOS A MADRID!!

ANA GOMEZ -KAYENA-, "Kayena: Negro sobre blanco",
ALMUDENA DONATE -Almu-, "Los libros de Almu",
PILAR MUÑOZ -Autora-.

Tenemos el placer de anunciaros que muy próximamente estaremos en
MADRID
presentando

"ELLAS TAMBIÉN VIVEN. Relatos de Mujer".

Será en el mítico Café literario Libertad 8,
un entorno emblemático, cálido, acogedor,
donde podremos charlar de manera muy cercana,
tal y como hacen los buenos amigos.

Tenemos muchas cosas que contaros.

No faltéis.
Os esperamos.



19 mar 2012

UN SORTEO ALGO HISTORIADO: GANADORAS.

   ¡Hola a todos!, ¿qué tal estáis?  

   Soy Lucía. Reaparezco de nuevo para culminar el momento más esperado del concurso. Pero… ¡ay, madre mía! Qué apuritos he pasado, ¡no lo sabéis vosotros bien! Y eso que sólo habéis participado ocho, que si hubierais sido treinta… Yo creo que lo habéis hecho precisamente por eso, para hacerme el favor de no liarme con tantos puntos como me he inventado, y porque sabíais que no estaba muy ducha en estos menesteres y que no podía pedirle ayuda a Pilar, que bonita es, se planta en jarras cuando se cabrea y no hay quien la aguante, le parece a los sargentos chusqueros de la mili de mi padre. Siempre dice que se nos está subiendo la fama a la cabeza y que nos estamos desmadrando, y ahí estoy yo, mediando entre ella y todas las demás, sobre todo Raquel, que se ríe hasta de su sombra; Paty, que está de un sensible que por todo llora, y Rosario, que sigue en su propio mundo sin enterarse de nada. 

   Pues lo que os digo, he pasado apuros porque he tenido que admitir la colaboración de mis amigas y de la familia de mis amigas. ¡Todas opinando, todas hablando al mismo tiempo! Y además… ¿para qué me inventaría yo tantas filigranas en el concurso?: que acertéis cómo nos llamamos, quién nos ha reseñado, qué frases textuales hemos dicho…  Y ahí me tenéis, preguntándoles a unas y a otras con más paciencia que el santo Job: “¿Alguna de vosotras le dijo a Pilar que… ?”, para poder adjudicar los dichosos diez puntitos por frase. ¡Y ninguna se acordaba de lo que le había contado! Tuvimos que coger el libro y leer otra vez nuestros propios testimonios. ¿Y lo de las redes sociales y los blogs? Pero si yo no sé lo que es una URL, ni un banner… ¡Si lo copié de otro blog que organizaba un concurso al mismo tiempo que nosotras! ¡Puff! Entre la poca idea que tenemos de informática y los vilipendios de una de mis amigas que odia a muerte los ordenadores por un asuntillo conyugal, en qué me he visto de poder adjudicar los puntos. ¡Y luego no sabía qué hacer con ellos! Menos mal que Paty ha estudiado ingeniería y no sé cuántas cosas más y me explicó que tenía que dar un número por cada punto, por aquello de las probabilidades y tal, ella sabrá. Así es que así lo hice, y –por la noche, claro- publiqué un cuadro que hizo mi amiga con los puntos de cada participante y los números asignados. ¡Dos minutos! ¡Tan sólo dos minutos tardamos en tener el primer problema! A una concursante le faltaban puntos. ¡Y no los encontrábamos por ninguna parte, ni con lupa! Después de buscar hasta debajo de las baldosas, nos dice la chica que los había enviado:

    - ¡A ver si el correo va a estar en la bandeja de spam!
   - ¿En la bandeja del pan? –gritó Carmen desde la mecedora-. ¡Pero si yo la he limpiado después de comer y ahí no había nada!

   Pues sí. Una tal Gema Il (no sé qué apellido será ese) los había metido en esa bandeja y tuvimos que rehacer el cuadrito otra vez. Y volverlo a publicar antes de que amaneciera y la doña nos pillara en plena faena.

   Y aún quedaba lo peor, el sorteo puro y duro. ¡A ver cómo sacábamos el numerito afortunado! 

   - Con  Random –me dijo Paty-.
   - ¿Con Random? –pregunté yo ignorante-. Explícate, que lo mío son las letras.
   - ¡¡Qué Randón,  ni Randón!! – gritó alguna por ahí-. ¿Quién es ese tío? Americano, seguro. ¡Nada, nada! ¡Aquí se hace todo a la española, con San Ildefonso y el calvo de la lotería! 

  Y allá que trajeron a Alberto,  el hijo de Mónica, vestido de niño de San Ildefonso con un traje de marinerito de un nieto de Rosario para que cantara los números.

   - ¿Pero qué números va a cantar? –pregunté alucinada-.
   - Los del bombo. ¿Cómo quieres que saquemos al ganador? Pues con el bombo del bingo que me echaron los Reyes. 

   ¡No sabía dónde esconderme, aquello me estaba superando, os lo aseguro! ¿Cómo íbamos a hacer el sorteo con bombo después de haber visto yo en el blog de Carmen y sus amig@s que lo hacía con el Randón que decía Paty y grabándolo en vídeo y todo? ¡Vaya atraso y vaya vergüenza! Y luego… ¿Qué haríamos? ¿Poner la foto de una de nosotras delante del bombo como en los sorteos de la ONCE? ¿O sacar al niño con la bola en alto y repitiendo el número una cuantas veces como en el Gordo de Navidad?

   Pues no lo pude evitar. Vinieron con aquel artilugio y echaron las bolas del bingo dentro. Y Alberto vestido de marinerito, mueve que te mueve, mueve que te mueve.

   - ¡Qué van a vomitar! – gritaba Maite desde el fondo del sótano. Porque no os lo he dicho, pero estábamos todas escondidas en el sótano de la casa de Pilar, rezando para que ella no bajara a pesar del escándalo que estábamos formando.
    - ¿Y mis décimos? ¡No empecéis, que yo no encuentro mis décimos!
    - ¡Pero Rosario, si nosotras no jugamos!

   Entonces me di cuenta de que teníamos otro problema. Había 173 puntos por repartir, es decir,  173 números para echar al bombo, y el bingo de Rosario sólo tenía 90 bolas. 

    - ¡¡Tengo una idea!! –grito Lidia-. ¡Aceitunas! ¡Metemos aceitunas con pegatinas! De las de manzanilla con hueso de toda la vida, que yo jugaba con ellas a las canicas cuando era pequeña y rodaban un montón.
    - ¡¡Pero cómo vamos a meter aceitunas en el bombo!! ¡No me lo puedo creer!

   Pues sí. Abrimos tres botes de aceitunas de los gordos -porque Albertito por cada una que echaba al bombo se comía dos-, con trocitos de etiquetas blancas y un número rotulado en azul. Hicimos varias pruebas. ¡Jolín, no sabía si aquello era un bombo o un olivo pariendo!

    - ¡Un momento, un momento! – grité antes de abordar la definitiva-.  Que no son 173 puntos, que son 126. Los 47 de Sandra M. hay que quitarlos porque es la ganadora absoluta y uno de los libros se lo tenemos que dar a ella directamente.

   A Alberto le faltó tiempo para abrir el bombo y zamparse las 47 aceitunas sobrantes. Estoy por apostar que algunas entraron hasta con etiqueta. ¡Así pasó la noche el niño, con un atranque de tres mil pares de narices!

   Al final, pudimos extraer una bola. Húmeda y oliendo raro, pero un bola con un número, al fin y al cabo, que es lo que buscábamos.

   Ahora ya tenemos las dos ganadoras. Sólo falta que nos enviéis vuestra dirección postal para que os remitamos nuestros testimonios a casa y disfrutéis de nuestros secretillos. Pero por favor, el correo ponedlo a mi atención, a la atención de Lucía, porque como la jefa se entere de la que hemos formado…  
   



1º ejemplar adjudicado directamente a  SANDRA M. por haber obtenido la máxima puntuación.
2º ejemplar adjudicado a SHAKA LECTORA mediante sorteo efectuado por Random:


Muchísimas gracias a todas por vuestro interés en conseguir este libro participando en este sorteo y mi mención especial para Sandra M y Marylin por haberse prestado además a jugar para conseguir esos puntillos extraordinarios que especificaban las bases.
Y gracias de corazón a tod@s aquell@s bloguer@s que, desinteresadamente, han contribuído a difundir el sorteo llevándose el banner lateral e incluso publicándolo en alguna de sus entradas.Un beso grande para ell@s.

18 mar 2012

RECTIFICACION DE PUNTOS PARA EL SORTEO

  El Sr. Gmail nos ha jugado una mala pasada. El correo enviado por Marylin, administradora del blog "Los libros de la Bruja", con las respuestas correctas para conseguir los puntos extraordinarios en este sorteo fue enviado directamente a la bandeja de spam, por lo que no hemos podido conocer su contenido hasta ahora, en que han sido reclamados por ella. 
  Con lo cual, hemos procedido a sumarlos al haber tenido entrada dentro del plazo activo del concurso. 
  Os dejamos el cuadro con la nueva adjudicación de puntos para el sorteo del segundo ejemplar.
  Sandra M. sigue siendo la adjudicataria directa del primero de ellos.
  Perdonad el error ajeno a nuestra voluntad.


PUNTOS Y NÚMEROS ASIGNADOS PARA EL SORTEO

  Una vez concluido el plazo de participación y según las bases del sorteo de dos ejemplares de Ellas También Viven, publicado el pasado 29 de febrero, esta es la relación de participantes, los puntos obtenidos y la distribución de números para el sorteo.
  Si existe algún error en la asignación de puntos, enviad un correo electrónico a ellastambiénviven@gmail.com antes del día 19 de marzo a las 22:00h. para su rectificación.
   Terminado dicho plazo, se procederá al sorteo del segundo ejemplar del libro. 

Fdo: Lucía.


17 mar 2012

RESEÑA EN EL BLOG "TABERNA LIBRARIA".

   "Ellas también viven. RELATOS DE MUJER". Palabras, estas dos últimas, que constituyen un verdadero hándicap para invitar a la lectura de este libro. RELATOS porque es un género del que muchos suelen renegar. La novela es la elección por excelencia, pensando,tal vez, que es el único género que nos puede ofrecer una historia completa en la que disfrutar de unos personajes perfilados y reales, de una ambientación suficiente y, sobre todo, de una trama más o menos compleja que nos produzca intriga, emoción, incertidumbre, tensión, sorpresa... 
MUJER porque induce a pensar que en él se habla de aspectos proclives a la mujer que no siempre son de la apetencia o del gusto general: exceso de románticismo o, tal vez, una tendencia a pensar que en ellos se habla de trapos, pintalabios, belleza..., es decir, lo que suele aparecer habitualmente en las revistas femeninas especializadas. 
  Soy consciente de que muchos de los que se acerquen a este libro sin referencias externas de confianza no se lanzarán a su lectura, razón por la que, a cada reseña que tengo ocasión de leer en la que se acaba recomendando el darle una oportunidad porque merece la pena, se menciona que el libro ha cumplido con creces las expectativas iniciales que se tenían de él o que ha gustado más de lo que se esperaba inicialmente, me produce una satisfacción indescriptible, la sensación de haber superado una nueva barrera, un obstáculo más en esta carrera kilométrica y difícil que comencé con la publicación de este libro.
  La alegría de hoy viene de la mano de Espe y de su genial reseña. Le hice llegar el libro por una recomendación ajena a ella, sin saber a ciencia cierta si le gustaba el género o le apetecía leer en torno a esta temática. Todo un riesgo para mí, porque no hay cosa peor que invitar a leer un libro que no atrae. Ante un comentario negativo por su parte, nunca se puede saber si es porque el libro carece de la calidad suficiente o simplemente porque no se ajusta a sus apetencias lectoras.
  Afortunadamente, su crítica no puede ser más positiva, lo que supone para mí un nuevo impulso para seguir luchando por que este libro llegue a muchos otros rincones donde, inicialmente, tal vez no es del todo bien venido.

  "Siempre me han dado un poco de repelús los libros, las películas, las revistas, etc. dirigidas a mujeres, y al ver el título de este libro volví a tener esa sensación y no tenía muy claro que me fuera a gustar. Sin embargo, tengo que decir que me ha sorprendido porque me ha gustado más de lo que esperaba".

  Gracias a Esperanza por el esfuerzo de reseñarlo -me consta que el género complica las cosas- y sobre todo por las palabras invertidas en ella. 
  Os invito, como siempre, a leerla de su propia mano en su blog Taberna Libraria.

15 mar 2012

RELATO: AL FINAL DEL VIAJE.


  Yo lo animé.

  Una voz interior, turbadora y desgarrada, me obligaba a repetírmelo una y otra vez. Cruzaba mi aturdida cabeza rebotando de un lado a otro y de vez en cuando bajaba desgarrándome las entrañas hasta notar el amargor de la bilis cubriéndome la garganta. Me sentía ligeramente mareada, pesadas las piernas y con una flacidez extrema en los brazos recostados sobre mis muslos, inertes. Lo único que se debiera haber dormido, mi mente, permanecía con una actividad arrolladora, con miles de pensamientos colisionando frontalmente en su pugna por salir, por hacerse visibles en unas circunstancias en que no quería atenderlos. Pero no podía evitarlos.

  Miré a través del cristal. Los árboles avanzaban excesivamente lentos a pesar de la velocidad, tenía tiempo de contarlos, de observar con nitidez sus detalles perfilados. Me irritó el verdor de sus hojas, de sus ramas fuertes, llenas de vida, cobijando nidos de pájaros de incesante canto. Me irritó el brillar del sol, el color celeste de aquel cielo que invitaba a un sosiego que yo no tenía. Quería verlo todo gris, que nadie disfrutara de aquel abanico de tonalidades maravillosas si no podían ser compartidas por quien yo más amaba.

  Desvié la mirada apenas unos centímetros para fijarla en los números digitales del salpicadero del coche. Sobrepasábamos la velocidad permitida, pero a mí me parecía que rodáramos sobre un desierto de arena. Observé difuminado el cuerpo de mi marido, agarrado al volante y con la vista perdida en el asfalto, conduciendo como un autómata de manera instintiva, en silencio. Su rostro acartonado mantenía el rictus desde hacía horas. Cerré los ojos. No quería incitarlo a hablar, sólo quería hacerlo conmigo misma, dejar fluir lo que llevaba oprimiéndome la boca del estómago un tiempo que no fui capaz de calcular. No quería nacer. Marcos no quería nacer y yo insistí en su venida al mundo como si aquello no dependiera de la voluntad de dos, sino de la mía sólo. Tres amenazas de aborto. Una hemorragia interna. Y reposo. Absoluto reposo durante meses y meses para poderlo abrazar a pesar de todo y de él. Aquel sufrimiento le hizo adentrarse en la vida físicamente débil y así continuó los siguientes dos años. Ahora sé que no fueron muchos, pero supuso para mí un eternidad que dejó su impronta de miedo a perderlo y una necesidad de velar por él absolutamente irracional.

  Manuel desplazó su mano y aferró la mía con fuerza sin mirarme, como si intuyera lo que estaba pensando. “No te culpes” –susurró. Sus ojos vidriosos me hicieron temblar y mi respiración comenzó a acelerarse. Aún faltaba camino por delante, demasiado. Demasiado espacio y demasiado tiempo, y los segundos pasados se iba clavando en mi ser como dardos afilados. “¡Para el coche!” –grité-. “¡Voy a vomitar!”.

  Subí de nuevo al auto henchida de angustia, aunque la tensión extrema a que estaba sometida parecía disipar la bruma excesiva que me había nublado la razón durante una década. Todo parecía ahora resurgir de una forma cristalina, clara, sencilla como nunca lo había visto, como jamás había podido interpretarlo. Me equivoqué. Fui yo la que me equivoqué. El carácter de Marcos, su timidez, su conducta retraída e insegura, la falta de socialización que tanto me habían advertido profesores y monitoras, su escasez de amigos… no fueron rasgos innatos, sino adquiridos, adquiridos dentro de la burbuja en la que yo lo encerré por mi profundo miedo a la vida, a que no supiera tratarlo con el respecto merecido. Me partía el alma verlo indefenso, sentirlo solo, incapaz de conseguir sus sueños por sí mismo y no disfrutarlos, vulnerable ante las adversidades sociales y culturales. Todo se lo di hecho, no lo dejé caer para que aprendiera de nuevo a levantarse, le arrebaté los recursos propios tan necesarios para vivir. Ahora lo sé. ¡Pero es que yo quería verlo feliz! ¡Me resultaba insoportable un mínimo sufrimiento haciendo mella en su corazón pequeño! ¿He sido una mala madre por ello? ¿Por protegerlo y amarlo hasta la saciedad?

  ¡Quería llegar, tenía que llegar! Había mirado el reloj incontables veces en los últimos quince minutos; las agujas parecían no tener prisa por avanzar. No había llamadas al móvil, ni mensajes. Nada. Silencio. Sólo silencio a excepción de los gritos de mi mente que no tenía manera de acallar. ¿Por qué accedí a que fuera? ¿Por qué no le impedí hacer esa excursión como tantas otras veces? Una vez más actué en contra de su voluntad. Él no quería ir, no quería despegarse de mí. Los consejos de mi marido, de mi familia, de su psicólogo infantil. Una presión inconmensurable me hizo ceder, pensar que tal vez podría estar equivocada en mi forma de educarlo. Tenía que relacionarse, solucionar sus problemas, tomar sus propias decisiones. Pero aquí estaba la primera consecuencia. El sonido de fondo de la llamada telefónica resurgió de nuevo en mi memora haciéndome estremecer de pánico, de dolor, de incertidumbre, de tensión, de impotencia, de incomprensión, de injusticia... Respiración agitada; palabras entrecortadas mencionado autobús, vuelco, colisión, accidente; sonidos de sirenas, de gritos contenidos de dolor y de horror; hierros retorcidos… Me estiré en el asiento intentado tomar aire, con gotas de sudor frío manando sobre mi frente y entre mis manos, cerradas con fuerza hasta clavarme las uñas sin sentirlas.

  Comencé a llorar. Me había dejado convencer y le había obligado a ir. ¡Yo le lancé a la muerte! Pero si no lo hubiera hecho, si lo hubiera mantenido junto a mí con el cordón umbilical uniéndonos a perpetuidad, también lo hubiera sumido en esa misma muerte, en su propia muerte en vida, sin dejarle disfrutar de su adolescencia después de haberle privado de los placeres de la niñez que reporta la curiosidad, el juego irracional, el experimento ignorante, las travesuras inocentes. Tenía la angustiosa sensación de no ser una buena madre, hiciera lo que hiciese. Sí, ahora lo sabía, tenía que haberme mantenido en ese término medio del que todo el mundo habla. Ni sobreprotegerlo ni abandonarlo a su propia suerte. Pero, ¿dónde está esa fina línea que nos marca el límite? No la veo, nunca la he visto. Es demasiado delgada para mis cortos sentidos, a veces se difumina y parece diluirse, otras tantas se desplaza aquí y allá, en función de mis propias circunstancias, de mi estado anímico, de mis miedos, y nadie se ocupa de fijarla con fuerza para ayudarme a no vulnerarla.

  Manuel encendió la radio y la noticia del accidente invadió los rincones del vehículo. Quería saber, pero no quería escuchar. Sentía pánico a lo que pudieran decir. Hablaban de muertos, de heridos. Una cosa u otra. ¿Podía elegir? ¿Qué querría Marcos? ¿Y yo? ¿Qué querría yo ahora que había tenido tiempo y la claridad mental suficiente para pensar? Verlo vivo, a costa de lo que fuera y de quien fuera.

  Los primeros edificios de la ciudad comenzaron a vislumbrarse al final de la recta que acabábamos de acometer. Vi una cruz verde en la cima de uno de ellos, como un reclamo certero hacia donde debíamos ir. Nos miramos. Tragué el nudo que me oprimía y me froté las manos hasta hacerme daño. Cualquier cosa podía pasar. Si estaba muerto no me lo perdonaría. Todo acabaría allí, no sabría cómo afrontar un solo día más en mi vida, no tendría sentido, ni razón para existir. Y si estaba vivo no sabría cómo actuar, cómo afrontar su futuro, qué decisiones tomar para hacerlo íntegro después de haber vuelto a nacer, ahora que la vida nos daba una segunda oportunidad para recomenzar.

  Se me nubló la vista a la entrada del hospital, enmudecí, sentía ausente el riego sanguíneo en todo mi cuerpo, se había agolpado en el corazón y sus latidos resonaban en mi cabeza como un redoble ensordecedor. Manuel tiró de mí hasta franquear la puerta de una habitación en penumbra entre cuyas sombras pude apreciar el rostro de mi hijo. Dormía. Lo abracé llorando amargamente, con mi cabeza recostada sobre su pecho. Abrió los ojos. Acaricié sus mejillas y me acerqué para oírlo respirar, lenta y acompasadamente. Sus facciones de adolescente fluyeron hasta hacerse visibles a mis ojos ciegos, que hasta entonces solo habían sabido apreciar los rasgos de una niñez que yo me empeñaba en perpetuar. Marcos entreabrió sus labios.

  - ¿Qué quieres, amor mío? – le pregunté en un susurro mirándolo a los ojos-.

  - Vivir, mamá. Ahora ya lo sé. Quiero vivir.

  Mis miedos, mis preguntas, mi incertidumbre… se esfumaron al instante. Subí la persiana para que el sol nos absorbiera por completo, para que los tonos de color maravillosos de los que había renegado antes bañaran la retina de mi hijo como un soplo de optimismo. Y abrí la ventana para que al aire nos acariciara, meciera nuestros cabellos y nos invitara a respirar hondo para afrontar el fascinante primer día de nuestra nueva y diferente vida.



Mª del Pilar Muñoz Álamo - 2012.

Lecturas 2018.

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